La maldición de la muerte futura

Pánico

Esto no podía estar pasando.

La mujer en esa habitación ligeramente iluminada, con muebles de aspecto viejo, baratijas en cada estante y escasas fotos con una chimenea apagada... ha estado en esa esquina en la que despertó con ojos llenos de confusión, miedo y sobretodo un deseo de despertar.

Esta no era su casa.

Al mirar sus manos, esas tampoco eran suyas... eran demasiado pálidas... demasiado cuidadas para ser de ella... luego su ropa, era tan vieja de colores opacos que no tenían nada que ver con la pijama de nubes azules con la que había dormido... no quiere investigar mas de si misma, teme encontrar mas diferencias (la altura, por dios ¡ella no era tan alta! y puede ver un color de cabello rubio que debe ser un error).

Su respiración es laboriosa... sus ojos se llenan de lagrimas... se pellizca incontables veces pero sigue abriendo su visión a ese mismo cuarto abandonado de dios.

El sol entra por la ventana, decide que no moverse no es opcional cuando no despertó de este terrible sueño, sus pies duelen de haber estado parada tantas horas en ese rincón... con cada paso siente un peso en su estomago creciendo... mira alrededor esperando encontrar una pista e ignora los espejos o cualquier superficie que de una imagen de lo que sabe no es suyo.

Todo es tan viejo, puede ver algunos teléfonos de casas antiguos... hay revistas de sociedad, economía y tiembla al poder leer fácilmente el ingles o identificar modas que saben han estado muertas tantos años... tiene un pequeño ataque de pánico al ver la fecha en una.

Dios santo, en esta época ella era tan pequeña.

Controlarse no es fácil después de que el peso de lo que entiende... y niega... no puede rechazarlo mas... se siente tan atrapada, tan congelada, no es raro que empiece a llorar cuando por fin mira un espejo con un rostro que no es suyo.

Es joven, menos de los años que sabe tiene... pero mas de una veintena... su cabello es un rubio sucio en un moño descuidado, su rostro es afilado ¡Sus putos ojos son azules! que decir de su cutis, todo suave y agradable ¡era una muñeca! una muñeca muy descuidada... dios quiere desmayarse... desea desmayarse.

Prefiere sentarse y lamentarse en silencio.

¿Que le paso? solo fue a dormir, temprano como siempre negándose a darle tiempo a su sobrino y burlándose de su hermana, su padre y su madre... se había acomodado debajo de las cobijas pensando en el trabajo, en que se quedaría a vestir santos y que no tiene dinero para la próxima factura de la casa.

Merece llorar conforme pasa el tiempo y sigue sin despertar.

Hay un ruido repentino que la hace saltar, con los ojos borrosos de tanto llorar busca alrededor sin encontrar nada... otro golpe, rudo y puede saber a ciencia cierta que viene de la ultima habitación... dudando camina a ese lugar, limpiándose lagrimas o mocos con la horrible manga de su ropa.. parpadea al espacio que es la cocina mirando como idiota el fregadero funcionando sin nadie... platos flotantes... esponjas trabajando... enjuagándose... secándose... guardándose solos.

Se queda con la boca abierta mucho tiempo.

El mismo ruido se vuelve a escuchar, mira tontamente la ventana ¿una lechuza? ahí parada -a la mierda- jura en lo alto con la voz rota, sacando la vuelta al área embrujada (porque es la única conclusión lógica que puede sacar de platos lavándose solos), mira al pájaro con duda... este parece impaciente, casi inteligente como si te dijera "ábreme idiota" tan claro que de hecho obedece.

Abrir la ventana fue algo difícil, esas cosas son antiguas y se rasguño uno de sus dedos delicados... el animal idiota parece burlarse, como si no entendiera lo que esta haciendo y para sentirse menos loca... porque sabe que esta tan cerca de esa categoría... no le digna una respuesta cuando al fin logra entrar, colocando un periódico en la mesa y bufarte enojado por lo que sea quiera y no le da... sale volando y ella lo mira pasar sin saber que acaba de pasar.