43.- Por fin.

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— Eso es todo... — Daniel sonrió acabando de tomar la declaración de Nathaniel.

El rubio aún estaba en el hospital pero ya no querían esperar más tiempo para poder procesar a Jason.

— ¿Servirá? — Preguntó nervioso.

Aún en contra de todos los consejos que le habían dado, no había omitido nada. Dejando claro los delitos que él había cometido.

— Creo que sí. Por fin podremos deshacernos de Jason y su estúpida red ¿De verdad tú organizaste los puntos de venta?

Nathaniel hizo una mueca.

— Pues...

— Ya no es parte de la declaración, relájate.

Suspiró.

— Si, lo hice... Lo lamento.

— Bueno, sirvió para que nos dieras información para atrapar a varios vendedores así que... No resultó tan mal.

— ¿Podemos acabar con la conversación que me deja como criminal y traidor? — pidió cansado.

— Bien — Sonrió ligeramente. — Te dejaré descansar y espero darte buenas noticias.

— Si, gracias...

Daniel se acercó a la puerta y la abrió.

Regresó la vista al rubio.

— Eres un buen chico... Si los jueces te dan la oportunidad de dejarte libre, no la malgastes.

— Intentaré.

— Y termina la universidad.

— Si. — Volcó los ojos y el comandante salió del lugar.

A los segundos Castiel entró.

— ¿Cómo te fue?

— Bien... Dice que hoy mismo me dirán que pasa con mi caso.

— Bueno... — Se dejó caer en el sillón y cerró los ojos.

Castiel se había quedado con él la semana entera que llevaba en el hospital. Solo salía para bañarse y ensayar cuando su manager no le dejaba otra opción.

— Castiel... — El nombrado lo observó. — Te amo, no había podido decirlo.

El pelirrojo sonrió.

— Ah... Eso me tomó desprevenido...

— ¿Es todo lo que dirás?

— Ya sabes que te amo, rubito.

Se levantó y caminó hasta la cama. Se agachó ligeramente para poder besar a su novio.

— ¡El amor!— Amber sonrió entrando.

—¿Te pagan por arruinar mis momentos? — Castiel habló incorporándose.

Amber rió.

— Ojalá. Armin viene en camino, me pidió que te avisara.

— Ah... —Nathaniel suspiró. — Me matará por tenerlo en suspenso tanto tiempo.

— Te lo mereces —Amber se cruzó de brazos. — Y... Nuestros padres quieren saber si pueden venir a verte.

— No. — Cortó enseguida — Que ni se les ocurra.

— Está bien, iré a la cafetería.

La rubia salió y Castiel observó a su novio.

— Tus padres y tú... ¿Que pasó después del instituto?

— Ah... — Tomó la mano del pelirrojo entre las suyas. — Seguí viéndolos una vez al mes... Después empecé a cambiar mi vestimenta y amigos, no les gustó nada así que dejé de verlos... Y ellos nunca me buscaron, hasta hoy.

Amor Y Tiempo. [Castiel x Nathaniel] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora