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-Es raro que te hayas quedado...-La pelirroja giro los ojos y se tiro al suelo sentándose de brazos cruzados.

-Tsk... considere que era buena idea hacerlo, además...-Un día atrás cuando estaba Justo por escapar fue interceptada por todo su grupo de amigos rogándole que se quedara esta vez para celebrar su cumpleaños número 17.

-No dije que tuviera nada malo, a tus padres les gustaría saber que te haz podido adaptar a pesar de todo...-La chica encogió las piernas contra su pecho ante las palabras del bijū. ¿Se había adaptado realmente? Hasta donde sabía solo había logrado alejar a la gente que la quería por su mal carácter. Shukaku tiro un poco de arena contra ella que con poca fuerza la empujó de espaldas haciendo que cayera sobre el agua, Estando en una comunicación interna con el bijū accedía a un espacio que veía gracias al Sharingan, donde lo podía ver en su tamaño real, aquella gigantesca e imponente figura que El Ichibi representaba.

-¡Hey!-dijo sacudiendo los brazos para que las gotas de agua salieran. Pero termino riendo.

-A propósito... feliz cumpleaños.-Ella levantó la cabeza para verlo y se acercó con lentitud; aquella bestia se veia ahora tan apacible y domada por la pelirroja. Estiro su mano hasta Shukaku sintiendo la textura de la piel de aquel mapache gigante, parecía  estar hecha de pequeños granos de arena.

-Gracias...

Shinki toco la puerta de su hermana más no recibió respuesta, tenia la vana corazonada de que había escapado así que entró a la habitación y para su sorpresa ella estaba ahí aunque... a veces lo asustaba, estaba en medio de su habitación con las piernas cruzadas y ojos cerrados con Shukaku en su urna al frente igualmente de ojos cerrados. Se acercó con lentitud y le sorprendió ver que mantenía una guardia baja, lo cual era raro. Dejo el pequeño pastel en una mesa y se arrodilló enfrente de ella para tomarla del hombro aunque al segundo de hacerlo la chica abrió los ojos y sacó su espada con rapidez arremetiendo contra el. Para suerte su arena reaccionó al momento. Ella se sorprendió quitando su arma.

-¡Niisan!-Guardó el arma y lo miró preocupada, este le sonrió calmándola, ella suspiró y le ofreció la mano para levantarlo.-No hagas eso... pude haberte herido.

-Llame a la puerta-Ella se agachó a recoger al bijū que se escondió en su urna y lo puso en la mesa. Miró a su hermano y se cruzó de brazos, el sabía a la perfección que significaba esa mirada "¿y bien?" Era la traducción de esta. Atrajo el pequeño pastel con una vela y lo puso enfrente de la chica.-Feliz cumpleaños, Kata-No pudo ocultar la sonrisa que se le formó y dio un ligero golpe en forma de juego haciendo reír al castaño.

-Gracias... Niisan...-el acercó la vela a sus labios y ella la apagó.

-¿Que pediste?-Giro los ojos y tomó el pastel comenzando a comerlo, amaba con locura lo dulce.

-No estoy para niñadas.-Se sento en su cama y comió. El se sentó a su lado.

-Por si acaso los demás te esperan.-Ella se mordió el labio con ansiedad, no quería ir...-Se que no quieres-Lo miró sorprendida, el siempre sabía lo que estaba pensando.-Pero ya que aceptaste...-Estaba por acceder cuando la puerta se abrió de golpe haciendo que los dos saltaran quedando pálidos.

-¡Sorpresa!-La chica miró asustada a su abuelo y a su tío, que corrieron hasta ella poniéndole un gorro sobre la cabeza y abrazándola.

-Estás tan grande...

-abuelo por favor...-intento soltarse de ambos que la mantenían abrazada.-Suéltenme.

-No seas tan huraña.-Ella giró los ojos y recibió el afecto y en un descuido le habían colocado una venda a los ojos.

El Legado Sabaku No;                     Gaara's DaughterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora