Capitulo 4

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Cuándo abrí los ojos el día jueves y me levanté, en mi mesita de noche había un papel era una nota de mamá diciendo que hoy teníamos que recoger el uniforme, que no me había levantado pues era muy temprano y que me había dejado mi desayuno y mi fruta en el refrigerador.

Así que me pare e inmediatamente fui a tomar mi desayuno, lo calenté en el microondas y me senté a comer frente a la televisión un buen rato. Después de una hora y media me metí a bañar, y justo cuando me siento para hacerme una coleta, escucho como cae una piedrita afuera de la ventana, levanto la vista y veo que no es una piedra es una de esas cosas de juguete elasticas que se pegan en el vidrio.

Salgo para ver más de cerca y escucho un —Psss, pssss ¿May puedo entrar?—atrás de mi. Salto del susto. Escucho una risita —estoy en la puerta.

Me doy la vuelta ya afuera en el patio y me dirijo hacia la puerta de metal la abro y ahí está Kellan con una sonrisa.

—Para estar todo el día aquí sola te asustas bastante fácil ¿Sabías?— entra y se acerca a la ventana para despegar el juguete.

—Yo...yo — qué podía decir la verdad era que si me daban miedo bastantes cosas —¿Que es eso? —dije para cambiar de tema.

Me miró — Es un juguete que se pega a las ventanas o a cualquier cosa que esté seca y lisa, mi padre me lo compro en la feria. Mira — y me lo tiende. Lo agarro y era un poco gelatinoso lo aviento a la ventana y se vuelve a pegar.

—Esta cool—se lo devuelvo.

—Asi que May ¿quieres jugar conmigo?— dice el viéndome a los ojos. Otra vez ese color está ahí, siento un poco de calor en mis mejillas.

—¿El qué?— digo con un poco de nervio. —Mi mamá me dijo que no puedo andar corriendo en el patio de tu casa.

—Humm... —lo piensa.—¡Ya sé! Vamos a jugar a Frio o Caliente — al ver mi cara de duda dice — Es un juego donde yo escondo algo como esto —señala hacia donde está la cosa pegajosa— En el patio y cuando te diga que abras la ojos lo empiezas a buscar y te digo si te acercas que está caliente y si estás muy lejos de encontrarlo que estás fría. Fácil.

—Esta bien pero ¿cuál es el premio? o ¿como sabemos quién ganó?— señala su reloj.

—Si te tardas mas de un minuto pierdes y ¡ya sé!— lo piensa un segundo — si pierdes tres veces vamos hacia donde está Duque y lo acaricias.

Abro los ojos asustada — De ninguna manera.

—¡Vamoss! es para que se haga más interesante el juego igual tu puedes ponerme un castigo— ahora lo pienso. No sé qué pueda ser un castigo para él pero acepto de todas formas. Se oye divertido.

—Esta bien, si pierdes te comes una hoja de el árbol.

—¿En serio? Está bien crei que sería peor.

Y comenzamos a jugar.

Adivinen quien perdió...así es yo. Y fue por qué para encontrar la cosa esa tenía casi casi que buscar en los lugares impensados como abajo del tapete de la entrada -bueno creo que ese estuvo fácil- dentro del tubo dónde bajaba el agua cuando llovía -ese fue el peor- y arriba colgando de una rama del árbol, nunca voy a saber cómo llegó ahí sin hacer ruido.

Pero ahora para mí mala suerte estábamos caminando hacia la casita de su perro y no podía creerlo me iba a dar un ataque.

—Lo siento pero un trato es un trato— Kellan dijo sonriendo.

Me puse atrás de él —Eso es trampa pensé que lo tenías que pegar en algún lugar no hacerlo bolita, enrollarlo, taparlo, colgarlo y todo lo que termine en arlo.

La Otra CaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora