Luego de esa pequeña charla volvimos a subirnos al auto y siguió manejando, esta vez ambos estábamos en silencio. Pero había una pequeña diferencia, aún seguía sin saber a donde me llevaba, y por lo que veía estabamos saliendo de la ciudad.-Estamos saliendo de la ciudad -murmuré viendo los árboles pasar.
-Siempre fuiste una chica muy lista Eris -dijo y me giré a mirarlo, sonriente.
-Y supongo que así es como te gusto ¿Cierto? -insinué. Sus labios se curvaron en una bonita sonrisa que lo único que logró fue hacer revolucionar mi cuerpo.
¿Por qué eres tan irresistible?
Empezó hablar, y automáticamente me olvidé de mis problemas. De hecho lo único que hacía era mirarlo, preguntandome si acaso este chico era real o un simple sueño.
En ese momento recordé la primera vez que lo vi, ahí parado frente a la puerta del departamento. Recordé su mirada seria y fría, y también recordé las primeras palabras que me dirigió.
-Oye -lo llamé provocando que detuviera lo que sea que me estaba diciendo -¿Recuerdas las primeras palabras que me dirigiste?
Observé como alzaba las cejas un tanto desorientado por mi pregunta, pero aún así se aclaró la garganta y habló en un tono más intimidante.
-Soy Dante Daniels y estás en mi departamento.
Dante Daniels era un nombre demasiado hermoso que a él le quedaba como anillo al dedo. Sinceramente jamás se me hubiese ocurrido llamar Dante a un hijo.
Un hijo.
Solté una risa ante mis absurdos pensamientos y él me miró con diversión y curiosidad, seguramente queriendo meterse en mi mente para saber lo que estaba pensando.
-¿Y ahora qué te pasa? -preguntó sonriente.
-Es que nose porqué nos imaginé a los dos en un futuro con un niño ¿Te imaginas? Un mini Dante -reí y este solamente aumentó su sonrisa.
-O también puede ser una mini Eris -insinuó relamiendose los labios y detuve mi risa de golpe. Mi expresión hizo efecto en él porque automáticamente explotó en una carcajada que no compartí, y en su lugar apreté los labios y me crucé de brazos.
Idiota.
-Si tuvieses un hijo ¿Cómo lo llamarías? -curioseé.
-¿Cómo lo llamarías tú?
Hasta ese momento jamás me había puesto a pensar en un nombre para un niño. Porque... ¡Vamos! Estoy segura que si tuviese un hijo este saldría con mi mal genio y estoy segurísima qué más de una vez discutiríamos hasta por la cosa más absurda del mundo.
-Neikea -solté y hundió las cejas -A mi verdadera madre le gustaba la mitología griega, por lo que cuando elegí mi nombre decidí llamarme Eris, como la diosa del caos. Y supongo que si tuviese un hijo lo llamaría Neikea, como en la historia real.
ESTÁS LEYENDO
¡Adoptemos al Diablo! [Terminada ✓]
Teen FictionSEGUNDO LIBRO DE LA TRILOGÍA: ADOPTEMOS. *No hace falta leer el primer libro para entender este. Diablo: Nombre que recibe Lucifer o Satanás, que en la religión cristiana representa al príncipe de todos los demonios. Bueno, enrealidad este Diablo er...