¿Crees en el destino? ¿Crees en eso que la gente llama "casualidad?
¿Te has enamorado al punto de querer odiar el amor?
No todo ha sido así siempre.
Ella amaba. Ella reía. Ella creía.
Ella se fue, pero ¿Quién dijo que para siempre?
Estaba parada frente a mi hija poniéndole su vestido rosa que le quedaba hasta los pies pero me decía que le picaba, así que como madre prevenida le puse otro cambio. Era un vestido sin mangas rosa pastel y con lentejuelas doradas, sus tenis que Lauren le había comprado y en su cabello un moñito blanco que hacía que mi hija se viera tan adorable.
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—Estás preciosa mi amor.
—Mami, estás muy bonita tú —besé sus mejillas y le acomodé su cabello. Faltaba una hora para que su fiesta iniciara y aún debíamos ir a revisar que todo estuviera en orden. Mi novia seguía en la habitación arreglándose y yo ya me había cambiado para poder vestir a Karla porque ella la había bañado. Yo me coloqué una falda blanca y una blusa de manga larga de cuadros, y mi cabello lo trencé dejando mi cara descubierta y es que el clima estaba algo cálido y no quería morir de calor. Aunque con Lauren cerca eso era imposible.
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—Listo, ahora vamos con mamá que ya debe estar lista.
—Shi mami —la cargué y la llevé hasta la sala donde mi vista inmediatamente se fue al trasero de mi novia, estaba inclinada buscando algo en un cajón, su atuendo ¡DIOS! Ni siquiera lo podía describir pero ella estaba tan...sexy.
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