Capítulo 2

44 8 2
                                    



•El hotel•






¿Qué sería mejor? Girar a la izquierda para hospedarme esta horrible noche en un lindo hotel, con la seguridad de poder dormir tranquila sabiendo que estaré segura y al día siguiente seguir mi lindo trayecto a la molesta empresa de mi padre. O seguir derecho sin tener la más reputísima idea de que tan lejos de mi destino estoy, teniendo muy en cuenta la gran posibilidad de que esa “sombra” “figura” “fantasma” o no se que verga aparezca para posiblemente llevarse mi alma, sin mencionar que estoy malditamente ciega por culpa de la lluvia.

¡Ja! ¿qué decisión más difícil, no?

Giro bruscamente el volante hacia la izquierda en dirección a ese maldito hotel que en este momento lo veo como la gloria misma, en el trayecto veo como árboles comienzan a aparecer a los lados del camino creando así un ambiente aterrador por el simple hecho de no saber que se esconde entre la oscuridad que estos crean.

Todavía podía sentir como el miedo y la paranoia me carcomían, como miles de situaciones pasaban por mi cabeza y lo más aterrador es que ninguna terminaba con un final feliz.

En ese mismo momento maldecí mentalmente por ver tantas películas de terror.

A decir verdad me encantaban, me encantaba descifrar las escenas antes de que pasaran, como:

¿En que orden iban a ser asesinadas cada víctima?, ¿Cómo sería la muerte de cada uno?, ¿Qué tan sangrientas iban a ser sus muertes?, ¿Cómo se vería el psicópata casa humanos o el fantasma?, ¿Quién sería el único sobreviviente? Y sobre todo ¿Cuánta sangre se derramaría en esta?

Pero en este momento, en este reputísimo momento era lo peor que podía pasar por mi mente.

La simple idea de convertirme en este momento en una de esas protagonistas de ese tipo de películas me cagaba toda, escenas como la niña de bata blanca y cabellos negros que aparecía en el camino en medio de la noche y luego se aparecía en el asiento trasero de tu auto, hacia que mi piel se erizara por completo y me diera un fuerte golpe mental que me decía a gritos: por lo más sagrado del mundo ¡No mires atrás!

Se que no llevaba mucho conduciendo desde que me desvíe de mi camino actual, pero el pánico y la paranoia lograban que el tiempo pasara más lento. Ya me estaba asustando de ver tanta naturaleza y ningún hotel, era impresionante lo que el miedo puede provocar en alguien, en este caso en mí.

Podía sentir que me observaban a los lados escondidos entre los árboles, o simplemente era mi mente y mi miedo jugando conmigo.

En ese corto transcurso que había tomado desarrolle inconscientemente una tendencia a mirar de reojo por la ventana cada quince segundos.

Estaba a punto de dar la vuelta y retomar mi camino devuelva a la empresa de mi padre, sin importar la sospecha de tener que encontrarme de nuevo con “eso”, hasta que vi las luces.

Las luces más maravillosas que había visto en toda mi vida, las luces del hotel.

Eran unas luces cualquiera, simplemente estaba desesperada por llegar...

Mientras me iba acercando, fui evaluando la estructura del hotel.

A simple vista se veía como un hotel algo grande y moderno, gran estructura con grandes ventanales que de seguro cada uno pertenecía a una habitación, se podía apreciar como unas que otras habitaciones tenían terraza, las paredes de afuera estaban pintadas de un rojo vino muy lindo, las ventanas y puertas de vidrio dejaban escapar una fuerte luz algo amarilla, el hotel si no me equivoco podría tener aproximadamente seis pisos de altura, y de ancho ni hablar, cubría un gran terreno. En pocas palabras, es un gran hotel.

Hotel Dark GlowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora