Capítulo 7

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Horacio ya se había recuperado, y era hora de juntarse de nuevo con la mafia para ver si les aceptaban ya de una vez. Gustabo sentía emoción dentro de él pues por fin harían algo con acción. Emilio ya le había mandado la ubicación y les había comentado de que se encontraba una de las personas mas importantes de aquella organización.

Una vez allí, ambos infiltrados observaron el panorama viendo a un sujeto de rastas, El Gringo, y uno nuevo que nunca habían visto con una máscara de cerdo. Los dos se quedaron mirando a aquel sujeto el cual los notó por la incomodidad que le proporcionaba aquellas miradas inquietas.

-Bueno, dejadme presentarme,- empezó hablando el de máscara de porcino ya harto de las observaciones de aquellos hombres- soy la persona a la que debéis obedecer. Ahora os toca, ¿quién sois?

-Somos Horacio- el rubio señalo a su amigo- y Gustabo- se señalo ahora a él mismo-.

-Encantado, Horacio y Gustabo.- dijo mirando a cada uno respectivamente- ¿Podéis explicarme lo qué habéis estado  haciendo todo este tiempo y para qué?

-Claro, Horacio explícaselo tú.

- Bueno, pues nosotros conocemos a Emilio y nos contó que estaba dentro de esta organización. A nosotros nos interesó y le preguntamos que si podíamos trabajar con él, por lo que nos trajo hasta vosotros. Sigue tú, Gustabo.

-Nos habéis estado haciendo distintas pruebas como un atraco, que lo hicimos junto a él,- señaló a El Gringo- hemos vendido,  hemos plantado, hemos secuestrado- dijo con énfasis- y pues aquí estamos esperando a ver si nos aceptan o no, porque no paramos de hacer pruebas y estamos un poco hartos ya.

-Vaya, habéis hecho bastantes pruebas, pero todavía os falta una.- Gustabo hizo el amago de hablar pero el sujeto trajeado continuó hablando, haciendo callar al rubio- Debéis secuestrar a un policía, esto se podría considerar una prueba final.

-¿Secuestrar a un policía?- cuestionó el de la cresta-.

-Si, qué pasa, ¿tienes miedo?- habló ahora Gringo-.

-No, no,  claro que no tenemos miedo. Es solo que no nos esperábamos esa respuesta- dijo el ojiazul mirando a su compañero con un tono amenazante-.

Hubo un silencio incomodo en el cual todos se quedaron mirándose mutuamente hasta que al final, Emilio cortó aquel silencio.

-Ok, bueno chicos, no se anden con tonterías y esperaremos vuestros mensajes. Ahora, váyanse  y acaten la ordenes de este señor. Estaremos atentos, si tienen algún problema avísenme a mi o a Evo.

-De acuerdo- dijeron al unísono los infiltrados-.


Horacio no estaba dispuesto a hacer aquello que propusieron por lo que decidió convencer a Gustabo de ir a hablar con el intendente. 

Tuvieron una larga charla hablando de distintos modos de evitar cualquier catástrofe, cuando Gustabo empezó a recibir llamadas de El Gringo. Estaba impaciente por las respuestas de aquellos hombres, pero el rubio se empezó a quedar sin excusas para el de las rastas. Después de que Conway se fuese, el de la chaqueta roja le comentó sobre las llamadas del mafioso a su amigo. Estaban impacientes por noticias de ellos, si habían secuestrado ya al policía o no, así que a Gustabo se le ocurrió la maravillosa idea de comentarle a aquel hombre, que entre dos no podían, era demasiada presión, a parte que no había ningún policía en union, sino que todos andaban en binomio y no encontraban a ninguna mery. 

Tras esta maravillosa escusa creada por Gustabo, obtuvo la respuesta de que iban a ser ayudados por Evo y Diablo, es decir, Manolo y Emilio. Ante esta respuesta, Gustabo sonrió y le comentó a su amigo.

-Horacio, Emilio y Manolo me están pidiendo ubicación.

-¿Para qué?- preguntó preocupado-.

-Para ayudarnos a secuestrar a un policía- dijo con la mayor simpleza posible-.

-¿Pero de qué coño estás hablando, Gustabo? Acabamos de hablar con el superintendente sobre esto, ¿no íbamos a dejarlo para otro día?

-Ya, ya, pero yo no puedo hacer nada. Gringo estaba muy impaciente y no paraba presionarme así que le he dicho que entre los dos era muy difícil y nos ha dicho que nos iban a ayudar ''webo'' y Emilio.

- Joder tío, no, no, no- dijo Horacio nervioso-.

-Venga Horacio, tranquilízate hombre, es solo un secuestro, ni que lo vayan a matar-  mintió Gustabo-.

-¿Estás seguro de eso? De qué no lo van a matar.

_Segurísimo- ocultó de nuevo la verdad-.

- De acuerdo, pero esperemos que no ocurra nada malo- dijo desconfiado el crestas-.


Se ubicaron en un tipo de aparcamiento y le mandaron la ubicación a Emilio, el cual vino con una furgoneta roja. Junto a él venía Evo, ambos enmascarados y con armas largas. Trazaron un plan. Horacio y Gustabo simularían que se estaban peleando y el ojiverde dejaría inconsciente al de ojos azules, en el momento que llegase los policías dejarían inconsciente a uno y secuestrarían al otro, metiéndolo en la furgoneta quitándole todo tipo de comunicaciones. ¡Plan sin fisuras! ¿No?


Pues si, si lo fue, tuvo tantas lagunas y fisuras que casi no lo consiguen.

 En el momento que atendieron el aviso, no solo vino un binomio, sino que parecía que hubiese venido la comisaria entera. Habían conseguido secuestrar a uno y meterlo a la furgoneta, pero a esta le pincharon las ruedas por lo que no avanzaron mucho en ella. Nadando y Macaco, integrantes de aquella organización, se unieron al tiroteo abatiendo así a varios agente.

 Mala noticia, Emilio, Evo y Macaco abatidos. Quedaban Horacio y Gustabo, los cuales tenían un coche de dos plazas, cogieron al policía elegido y lo metieron en el maletero. Se alejaron de aquel lugar, quedando en uno más despejado, donde sacaron al agente y le quitaron todas la comunicaciones, avisando a Nadando de donde se encontraban. 

En poco tiempo aparecieron junto al calaveras, si, era el sujeto de máscara de cerdo, pero ahora se había vuelto a poner aquella característica máscara. Se comunicaron mediante aquel agente, Leopoldo, con el encargado de aquel operativo, Brown, los policías tenían a sus chicos, o eso daban a entender, por lo que un intercambio propusieron siendo rechazado por el sujeto de máscara de calavera ya que disponían de tres hombres y solo querían intercambiar uno (eso daban a entender). Tras intentos e intentos de negociación y de salir todos ilesos, no fue así. 

¡PUM! Disparo en la cabeza de Leo. Leo fue abatido enfrente de ellos, Horacio pegó un salto del susto. Gustabo cogió al cadáver por ordenes del calaveras y ambos se subieron a helicóptero pilotado por Nadando. Estaban sobrevolando comisaria cuando ordenaron a Gustabo tirar a aquel hombre, lo cual acató sin ninguna oposición. 

Aterrizaron y el supuesto jefe de la organización, les agradeció el trabajo a ambos infiltrados. Horacio se encontraba atónito, sin palabras, tan mal se encontraba que quería estar solo, sin Gustabo, así que se fue dejando allí a su amigo. Gustabo, en cambio, sentía indiferencia y se fue a su casa, como siempre. Se duchó y se puso su pijama, acostándose en la cama. Cerró sus ojos y una sonrisa se dibujó en su rostro cuando en su mente se escuchó una frase la cual indicaba que un desastre estaba por comenzar...

''Pogo contento...''



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Buenas a todos, he relatado la muerte de Leopoldo algo diferente a lo sucedido de verdad, porque al fin y al cabo, esto se basa en la serie pero no es relatada tal y como es. 

Bueno, explicando una cosa, ya que Auron ha dado a relucir a POGO, he querido añadirlo y que este sea la razón de la total psicopatía de Gustabo.


Bye...

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