Capítulo 4 (Misterios Resueltos)

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Después de escapar milagrosamente de su prisión Johnny, Isabel, Pablo y el anciano se encontraba en una vieja cabaña que parecía el único lugar seguro donde resguardarse, Johnny miraba por la ventana el oscuro cielo y aquellas sombras que volaban a todas direcciones, Pablo estaba sentado en un rincón temblando de miedo envuelto en una frazada que había encontrado allí, el anciano seguía dormido en su vieja cama mientras que Isabel caminaba por los alrededores explorando las cosas extrañas que habían ahí, de repente encontró un pequeño cuaderno desgastado que llamo su atención, tomo el cuaderno y lo abrió, observo varios dibujos sobre el anciano similar al que los salvo, otros dibujos mostraban a un hombre joven que curiosamente se parecía a Johnny y finalmente vio otros dibujo donde aparecía una mujer joven que se parecía a ella, Isabel quedo sorprendida al verlo y continuo husmeando el cuaderno hasta que llego a ver un par de hojas con varios símbolos, Isabela procedió a analizarlos y se percató que dichos símbolos eran iguales a los grabados que encontraron en los templos en ruinas, Isabel sabia como traducirlo gracias a las enseñanzas de su padre y comenzó a leer dicho libro, en ese momento Johnny entra a la habitación y dice:

Johnny: ¿Qué estás haciendo?

Isabel: Estoy traduciendo lo que dice aquí.

Johnny observa los símbolos del cuaderno y dice:

Johnny: ¿Qué son esos dibujos?

Isabel: Son grabados, son como los jeroglíficos egipcios, estos grabados ya los había visto antes en los templos de la ciudad de Ñuxtus.

Johnny: ¿Y tú entiendes lo que dice?

Isabel: Mi padre me enseño como interpretar los grabados y puedo descifrar lo que dice.

Johnny: ¿Y qué es lo que dice?

Isabel toma una pequeña pausa y comienza a interpretar lo que dice en el cuaderno:

Cuanto tiempo habrá pasado ya, cuantos años han pasado desde aquel día en que mi pueblo se dispersó, recuerdo aquellos días donde no teníamos de que preocuparnos de algo, los dioses siempre nos bendecían y nos daban todo aquello que necesitábamos sin embargo un día ellos desaparecieron sin dejar rastro, muchos de nosotros comenzamos a preocuparnos por la ausencia de nuestros dioses, supuse que quizás se tratase de una prueba, sin embargo ellos jamás regresaron, pero con el tiempo tuvimos que aprender a valernos por nosotros mismos conseguir nuestra propia comida y agua, elaborar nuestras propias vestimentas e incluso construir nuestros propios hogares, no fue fácil pero pudimos edificar nuestro hogar con el fruto de nuestro esfuerzo, vivimos en paz y en armonía por mucho tiempo hasta que nuestro hogar fue atacado por ejercito de forasteros que no hacían otra cosa que destruir y masacrar todo a su paso, nosotros nunca recurrimos a la violencia para resolver nuestros problemas pero eso nos hizo blanco fácil para los forasteros, los que logramos sobrevivir pudimos refugiarnos en una cueva que usábamos como refugio antes de edificar nuestro hogar, a muchos de nosotros nos invadió la tristeza y otros estaban llenos de ira por lo que ocurrió, muchos de nosotros nos preguntábamos por que ocurrió esto, por que los dioses no nos ayudaron, acaso será esta otra prueba, fue lo que me dije a mi mismo, esa noche oramos a nuestros dioses para que nos ayudaran pero ninguno de ellos respondió, ante la desesperación muchos de mis hermanos y hermanas comenzaron a maldecir a nuestros dioses lo que genero una riña con aquellos que no habían perdido la fe en ellos, pero en ese momento las antorchas que iluminaban el lugar se apagaron rápidamente y una corriente de aire fría entro en la cueva, pero lo mas extraño es que se escuchaba al viento de una manera que parecía susurrarnos algo que no entendíamos, en ese momento fue cuando las antorchas que se habían apagado volvieron a encenderse y luego vimos una gigantesca sombra que comenzaba a salir de las paredes y empezó a adoptar una forma macabra, muchos de mis hermanos y hermanas comenzaron a asustarse al ver tal acontecimiento mientras que yo y otro grupo nos pusimos en frente de aquella sombra que termino de tomar forma y fue así que conocimos a aquel demonio que dio comienzo a nuestra desgracia, su nombre era Llanthu, al comienzo se mostro muy Cortez diciendo que sabia lo que estaba pasando y que entendía nuestro dolor y desesperación y estaba dispuesto a ayudarnos a deshacernos de los forasteros que invadieron nuestro hogar a cambio de sacrificio y adoración, la gran mayoría de nosotros nos negamos ante tal sacrilegio, ya que los dioses aborrecían tal barbaridad, nos negamos firmemente y le ordenamos que se fuera, sin embargo Llanthu siendo astuto incentivo a algunos de mis hermanos y hermanas diciéndoles: ¿Dónde estas sus dioses ahora por que no los protegieron? Esa pregunta genero una gran duda en el corazón de mis hermanos y hermanas y muchos de ellos estaba dispuesto a ceder a su petición, pero me di cuenta que no podía permitir que su maligna influencia nos afectara, fue entonces que convencí a la mayoría de ellos de salir de la cueva para buscar otro refugio, fue así que dejamos atrás ese maldito lugar con la esperanza de encontrar un nuevo hogar para mi y para mis hermanos, ojala hubiera sido así, si tan solo hubiera previsto lo que iba a pasar Llanthu nunca hubiera corrompido a mis hermanos y hermanas, ahora tengo que carga con este peso y asegurarme que la oscuridad que los consumió nunca se manifieste de nuevo o tendre que volver a vivir esa pesadilla viendo como este mundo y su gente se hunde en un mundo de oscuridad y de eterno tormento.

Terrores Ocultos (La Leyenda de Ñuxtus)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora