Destino y voluntad

Planes para San Valentín

Capítulo 12:
Planes para San Valentín

Con el día de San Valentín a la vuelta de la esquina el ambiente en William McKinley se volvió intoxicante. Cada paso que dabas estaba lleno de corazones, peluches, flores, besos y amor.

Y en general Kurt Hummel no estaba en contra de eso, pero si harto de vivir en solitario estúpidas celebraciones como esta. Podía sonar completamente como un cretino envidioso pero en el fondo sabía que su rechazo a esa desagradable festividad está originada única y exclusivamente en la amargura por su soltería. Prácticamente era un Grinch de San Valentín, si es que eso siquiera existía.

Por otro lado Blaine Anderson sufría un problema similar, quien en otros tiempos había sido un asiduo defensor de esa fecha ahora se encontraba si bien no hastiado como Kurt al menos si acobardado y desalentado, y todo gracias a qué el San Valentín anterior se las había arreglado para quedar en completo ridículo en una tienda de Gap frente a todos los Warblers y al menos un par de docenas de compradores y vendedores.

Ahora, realmente quería invitar a Kurt a salir, pero el pánico se apoderaba de él cada vez que se atrevía a pensarlo y diferentes escenarios de rechazo se presentaban uno tras otro, cada uno más bochornoso que el anterior, paralizándolo por completo.

Ese día, mientras paseaba por el corredor vacío e intentaba convencerse mentalmente de no ser tan gallina se encontró con una escena que difícilmente se hubiese podido imaginar.

-Santana, ¿estás bien?

La chica, que hasta hace un segundo se apoyaba en la pared con las manos sobre su pecho conteniendo las lágrimas, se lanzó a sus brazos con fuerza dejando a su llanto correr.

-¿Que ocurrió? – preguntó Blaine asustado.

-Yo sólo… intento… ayudarlos a… superarse… a… hacerlos… mejores personas– respondió con dificultad entre sollozos.

-No entiendo ¿Qué pasa?

-Me acaban de atacar

-¿Quién? – la pregunta de Blaine salió con furia.

-Todos – dijo Santana señalando el aula del coro- Finn, Lauren, Quinn, Tina, Rachel.

Blaine relajo la postura, seguramente no era tan grave, todos esos chicos eran por lo general amables, al menos a él le parecían, pero aún así encontrarse a Santana desecha en llanto no era para nada normal.

-¿Por qué?

-Porque no aceptan críticas.

Blaine comenzó a entender, sabía lo directas y puntiagudas que podían ser las observaciones de su amiga.

-Bueno San, puede ser que algunas veces tu formas de decir las cosas sea demasiado para algunos.

-No puedo creer que te pongas de su lado – reclamo lastimeramente separándose un paso de él.

-No lo hago, en serio, pero-

-¿Debo dejar que las personas a mi alrededor sean todos perdedores sólo porque no quieren escuchar todo lo que hacen mal?- interrumpió la chica aún sollozando

Inseguro Blaine puso su mano en la espalda para tratar de tranquilizarla.
-San, eres una chica increíble solo que realmente lo ocultas bajo comentarios despectivos e hirientes.

-Sólo soy honesta.

-Lo sé pero algunas personas podrían considerar tus honestas observaciones como un ataque y reaccionar mal.

-Eso no es mi culpa. No puedo controlar las reacciones de la gente.

-Supongo que en realidad no, pero podrías ser un poco menos intensa, ya sabes más… amable quizás.