Cierro de un fuerte portazo el largo y angosto casillero de color naranja, que, en mi opinión, no debieron poner en la escuela ya que muchos estudiantes terminan ocultando cosas ilegales dentro de ellos. Y aunque debería decirle al director, sé que solamente estaré perdiendo mi tiempo.
—Pero qué humor te cargas —masculla con sorna mi mejor amiga, dando leves palmadas en mi hombro, aunque termino alejándome de su toque.
—Simplemente estoy molesto porque no...
Y antes que siquiera formule mi oración y diga el motivo de mi enfado, aparece el estúpido chico popular que tiene a sus pies a todas las alumnas y alumnos. ¡Oh, maravilla! También cuenta con dos perritos falderos que lo siguen fielmente y apoyan cada una de sus ridículas ideas.
Porque les aseguro que ese ser es absolutamente un payaso. Y si no fuera hijo del director, probablemente estaría haciendo su aburrido y tonto espectáculo en otra escuela o en algún basurero.
—Hablando de granos en el culo —argumento en voz alta cuando pasa por mi lado, sin importarme las miradas de asombro y pánico que me dan los demás.
¿En serio creen que yo voy a estar rendido a los pies de un cretino?
Jamás.
Melissa, la rubia teñida que tengo por mejor y única amiga, sí, chicos, teñida. Odiaba el color castaño de su cabello y decidió dar ese giro tan drástico, a pesar de que combina muy poco con el café de sus ojos y sus tiernas pecas. Aunque debo decir que resalta nada más por lo morena que es su piel. Detalles, ya saben. Bueno, esa muchacha comienza a reír como si acabara de decir el mejor de los chistes, llamando la atención de todos.
Mientras los y las estudiantes palidecen, yo me contagio con su escandalosa risa poca femenina, podría jurar que se tragó algún animal y quedó atascado en su garganta.
—¡Dios, Erick! ¡Me hago pipí! ¡Grano en el culo! —grita soltando un par de lágrimas y sujetando su estómago— ¡Pero si es un aborto mal hecho!
Y si creían que nos quedaríamos callados luego de que el aborto... digo, el muchacho y sus secuaces se pusieron enfrente nuestro. Déjenme decirles que están equivocados.
Ignoramos por completo su voz de macho Alfa. Realmente no me reía así desde el viernes. Pero es que cuando me junto con Melissa somos una dinamita que al mínimo comentario realizado estalla en carcajadas, o depende la situación.
Aunque claro, no todo es bonito si hay una presencia horrible.
De un momento a otro el libro que tenía en las manos es lanzado con furia al suelo. Mi risa cesa por completo y mis ojos siguen todo el trayecto, viendo con mucha atención ese ridículo berrinche de él.
—Para que aprendas a no reírte de mí, estúpido nerd —objeta entre dientes, agachado la cabeza por la diferencia de altura y destilando rabia por todo el cuerpo.
¡Está muy idiota si cree que me voy a quedar callado! Llevo años en esta escuela y jamás me mostré sumiso ante él. Y esta vez no será la excepción.
—Pues te equivocas, querido esperpento —replico con una sonrisa burlona, colocando mis manos en mi cintura—. No me das miedo, solamente los estúpidos como ellos hacen caso a un idiota sin cerebro.
Su mano viaja a velocidad de la luz con la intención de pegarme, por primera vez, pero es detenido por la muñeca.
Son en esas ocasiones que amo a mi mejor amiga.
—Ni te atrevas a ponerle una mano encima, animal —amenaza, empujando su cuerpo y poniéndome detrás de ella, tengo que pararme de puntas para ver por su hombro—. Porque lo único que verán los demás por el resto de sus vidas será tu deforme rostro.
El muchacho sale dando pisadas fuertes, juraría que veo salir el humo de sus orejas y escuchar como sus dientes chocan entre sí.
Varios se acercan a nosotros para decir lo valiente que somos y otros nos reclaman por gritarle a su queridísimo y estúpido "rey".
—Lo tenía todo controlado —murmuro, enganchado mi brazo con el de Melissa, doblando hacia la derecha para ir a nuestra clase—, pero gracias por defenderme. Si no fuéramos amigos, te tendría miedo y jamás robaría tus papitas.
—¡Pedazo de bestia! —exclama de forma graciosa.
—Realmente no entiendo qué le ven a ese, si es una persona común y corriente.
Llegamos a nuestros asientos, continuando con nuestra charla porque el maestro no llega.
—No olvides que es un grano en el culo —repite en voz baja, poniendo ambas manos alrededor de su boca y haciendo caras graciosas.
—Exacto. Creo que ni siquiera tiene aspiraciones en la vida, me da hasta pena.
Nos callamos cuando el profesor de edad avanzada entra al aula y prácticamente tira el maletín en el escritorio.
Qué buen inicio de semana.
***
Bueno, se me ocurrió y decidí subirla para que ustedes opinen. ¿Les gustó?
No será muy larga, eso espero.
Besos<3.
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No seré tu cliché || Joerick
FanfictionErick es catalogado como el "nerd" de la escuela, hasta que al igual que en las películas termina sorprendiendo con su cambio al chico más popular. Lastimosamente, a diferencia de ese típico cliché, Erick no cae en sus encantos.