Wild Wolves. Ya a la venta en Amazon.

No sabía que te iba ese rollo... pervertida.

Amanda:

     Desde que llegamos a la manada, me di cuenta que las hembras estaban acoplada con varios machos, hasta mi mejor amiga y luna de la manada estaba con cuatro machos.

     Llevo días siendo digamos "sutilmente" acosada por tres machos que no sé ni cómo se llaman, solo sé que cuando se ponen muy pesados le lanzo la zapatilla o cualquier objeto que tenga a mano.

     Duermo con el resto de las mujeres solteras en el sótano, está muy bien equipado al estar todas juntas es más fácil estar protegidas, en la puesta normalmente esta uno de mis acosadores el jefe de los guerreros. Vale es muy guapo no lo puedo negar, pero me jode el hecho que siempre quiera que sea yo la que le dé el desayuno, a eso súmale su segundón que, aunque es muy, muy, muy guapo tiene varias cicatrices y mira que es difícil que un hombre lobo tenga cicatriz. Y luego está el señor gruñido. Hombre es muy guapo con esas canas en sus sienes, aunque el mayor de los tres, es el jefe de los exploradores vamos está casi siempre fuera a los límites de la manada buscando más hembras o matando a los rouge.

     Me levanto como cada mañana entre achuchones de las demás hembras que se pelean por usar los baños, yo como soy más lista y sé que a estas horas no están ni el alpha ni los otros voy a la suite de Chloé a usar su baño. Jejejejej...

     Y de paso la despierto. Cuando salgo veo a los susodicho cuchicheando en una esquina, escucho que dicen mi nombre, pero ni loca voy a ver que están hablando.

—Vamos fea durmiente arriba a llegado a la suite la cenicienta jajajajajaj

—En serio Amanda porque no solo te duchas antes que llegue Rebeca y me dejas tranquila.

—Que toda la noche dándole que te pego con tus machos, ¿Cómo lo hacéis? En plan cojo tique en la pescadería y a esperar, os montáis una orgia o cada día uno

—Te quieres callar. No pienso hablar de lo que hago.

—Cielo si no gritas no te oído, es lo malo que tiene estos chorritos. ¡oh Dios! Es que me está dando en lugares que hija mía jamás pensé que daban gustillo.

     Cuando salgo de la habitación de Chloé me encuentro con mis tres acosadores y estaban muy cabreados. No sé qué les pasa, pero pobre diablo que causo el mosqueo de estas malas bestias.

—Señores. Dije mientras aceleraba el paso.

—¿Qué hacías en la suite del Alpha? Gruñeron los 3 a la vez.

—Primero a vosotros no os importa, segundo es asunto mío y tercero ducharme, además si no os habéis dado cuenta yo no os voy persiguiendo y preguntando lo que hacéis, así que si os quitáis del medio me pondré hacer mis cosas que luego queréis desayunar y hasta me pedís cosas. Dije mientras corría escaleras abajo... si soy una cobarde, pero... habéis visto a esas malas bestias.

     Cuando llego a la cocina empiezo con la rutina diaria de los desayunos para los machos que consiste básicamente en carne medio cruda y tonelada de café... asqueroso. Siento tres pares de ojos en mi cogote me da miedo girarme, pero sé que las malas bestias están ahí viendo lo que hago, así que hago de tripas corazón y me giro para darles el desayudo. Ya que por una estúpida razón ellos solo comen de lo que les preparo yo y es básicamente carne medio cruda medio quemada bueno quemada por fuera cruda y congelada por dentro. Cuando llego a la mesa siento como esos tres psicópatas olfatean el aire y los oigo gruñir mientras se levantan de golpe y gritan como posesos.

—¿Por qué hueles como el alpha mujer?

—Ya te lo dije use el baño y sus productos son mejores que los míos