Capítulo 38

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Harry

"¿Sabes?" Respiré profundamente, "No creo ni una sola cosa de lo que dijiste," Puse mis ojos en blanco mientras Sofia tomaba asiento en el mismo sofá que yo, sin embargo, en la otra punta.

"¿No?" Ella negó con la cabeza y yo incliné mi rostro, "Gracias por hacérmelo saber, de veras, es un alivio saber que la persona que menos me interesa que puede pensar de mi diga que no cree lo que digo,"

Entrecerró sus ojos y volteó su rostro a Alex, "¿Tu no piensas defenderme?"

Alex frunció el ceño y si no fuera por el hecho de que estaba sumamente triste por estar perdiendo a Maia, me hubiera reído, "Que seas mi prima no significa que deba defenderte de todo," Asentí lentamente, estando de acuerdo con Alex, "Además, no dijo nada malo." Se encogió de hombros y observe a Sofia poner sus ojos en blanco.

"Y dime, Harry," Comenzó nuevamente y de la misma manera que escuchaba la voz de un ángel cuando Maia hablaba, ahora podía escuchar la voz de una víbora, me sentía algo mal por Alex, no debía ser fácil tener que soportar con la cualidad de maléfica que llevaba su prima, "Si ni siquiera te importó, y Maia es la única mujer que quieres en tu vida," Fingió conmoción y quería que un rayo la parta al medio, "¿Por qué lo hiciste?"

Y sinceramente, no lo sabía. Antes de que Maia y yo nos arreglemos, antes de decirnos que ni ella ni yo queríamos una amistad, creí que verdaderamente ella no me quería en su vida. Estaba agotada, cansado y angustiado, estaba derrotado ante ella. Alex lo sabía, lo notaba y aún más luego de haberle explicado todo. Decidió que sería una buena idea ir a un bar, en el cual me puse borracho como una cuba, y en el cuál se encontraba la prima de mi amigo. Ni siquiera vive en Nueva York, había venido unos días de visita, y para mi suerte, en el peor momento. Cuando digo que no lo recuerdo, no es para quitarle peso al tema, es porque verdaderamente no lo recuerdo. Sólo sé que necesitaba a Maia, que quería estar con ella pero que estaba seguro de que nunca podría recuperarla, sin saber que sólo me quedaban días para hacerlo. Entre la mezcla de mis emociones, sentimientos, borrachera y la idea de que Sofia era Maia por el simple hecho de que llevaba el mismo perfume que ella, me llevaron a cometer el delito por el cual hoy estaba pagando, "Estaba borracho," Solté encogiéndome de hombros y Sofia rió.

"Eso no es justificación."

Resoplé, "No me estoy justificando, sólo estoy diciendo que sinceramente no sé por qué lo hice, ni siquiera recordaba mi nombre por el amor de dios," Exclamé y pude observar a Alex frotar su frente con la yema de sus dedos.

"¿Por qué no intentas hablar con Maia y explicarle esto mismo?" Agradecí escuchar la voz de Alex y no la de Sofia, "Explícale exacto lo que sucedió, Harry."

Negué con la cabeza, "No solucionaré nada, es más, empeoraré las cosas," Froté las palmas de mis manos contra mis ojos, "No me servirá de nada explicarle que sucedió antes de que estemos nuevamente juntos," Suspiré, "Si hubiera sido el año en que ella estuvo aquí en Nueva York sin ningún tipo de contacto conmigo, sé que no se cabrearía, el problema es que fue justamente aquí en Nueva York, cuando volvía por ella, cuando comenzábamos a relacionarnos nuevamente aunque sea sólo por amistad," Alex respiró profundamente y frunció el ceño, como si estuviera intentando encontrar una solución a todo esto, "Sé que no le agradará la idea de que haya estado con tu prima mientras me quedaba en su apartamento," De reojo pude notar que Sofia cruzó sus brazos.

"Estoy aquí, ¿Sabes?" Quería responderle que no lo había notado, sin embargo era como seguirle la discusión a una niña de diez años haciendo puro berrinche.

Mi amigo negó con la cabeza, "Harry, creo que lo mejor será darle un espacio a Maia," Cerré mis ojos, escuchando la única frase que no quería que me repitieran, "No va a dejarlo ir de manera sencilla y probablemente ahora lo mejor sea esperar a que las aguas calmen, debes darle su tiempo, si debe perdonarte, si debe estar contigo, tarde o temprano lo hará, mientas tanto procura no agobiarla, empeorarás las cosas, tu mismo lo has dicho, digas lo que digas no ayudará en este momento, aférrate a eso."

Alex tenía razón, aunque no me gustara, la tenía. Mi móvil vibró y observé un mensaje de Barny, decidí entrar al buzón, para leer que es lo que necesitaba. Sin embargo mis ojos se desviaron al chat que llevaba el nombre de Sofia, fruncí el ceño y no entendí como no me había dado cuenta de que estaba aquí antes, supongo que mis ojos estaban completamente cegados por la conversación de Maia, creyendo que si la observaba fijamente terminaría enviándome un texto, "¿Que te divertiste conmigo el Miércoles?" Exclamé levantando la mirada, clavando mis ojos en Sofia mientras ella se encogía de hombros.

"¿Acaso tengo prohibido divertirme mientras observo a mi primo y su amigo entrenar?"

"¿Cómo mierda te tengo agendada?" Susurré y creo que la pregunta fue mayormente dirigida a mi mismo, que a Sofia.

Pero ella respondió, "Quizás deberías poner algún tipo de contraseña, son unos números que te aparecerán en la pantalla," Soltó sarcástica y mi sangre comenzó a hervir.

Esta vez me dirigí a Alex, "Maia lo leyó," El frunció el ceño, "Estaba abierta la conversación, alguien leyó el mensaje y no fui yo," Mi amigo cerró sus ojos, entendiendo lo mismo que yo, "Lo hizo el día que le pedí que le envíe un texto a mi madre y luego de soltarle quién era Sofia," Me levanté del sofá, "Debe creer que sucedió el Miércoles."

Comencé a caminar en dirección a la puerta y Alex me siguió, "Harry, recuerda lo que hablamos hace minutos," Negué con la cabeza, "Empeorarás las cosas."

"Abre la puerta."

Daylight [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora