vi. safe with me

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1975 ― Cuarto Curso


Horas habían pasado en silencio, mirando las estrellas, escuchando las respiraciones y bostezos del otro.

A la distancia, unos gritos desgarradores y llenos de dolor se oyeron por todo el terreno, y posiblemente hasta Hogsmeade, Selene tembló aun somnolienta, miles de ideas horribles cruzaron por su mente, una mano se posó en su hombro. James Potter tenía un lado escondido, e incluso ella que siempre pensaba que no podía ser tan malo como otros decían no lo había presenciado. Detrás de ese chico arrogante y molesto se encontraba un amigo fiel, que haría cualquier cosa por proteger a los que ama y ella apenas había escuchado.

— Está amaneciendo — anunció con rostro preocupado.

— ¿Que le está pasando?

— Las transformaciones son duras, pero es incluso peor cuando el lobo está bajo control. Siempre intenta quedarse un poco más e influir en Remus, pero él nunca le deja, está luchando contra su propia naturaleza — jugó con las costuras del cuero por unos segundos, y como si leyese su mente negó con la cabeza. No entendió a qué se refería hasta que se decidió por explicarle —. Qué terca eres, Merlín, no podemos ayudar. Ahora mismo está intentando hacerse daño, sacar al monstruo que lleva dentro, y en el proceso atacando a Sirius y Peter por detenerlo. Ya es posible que me griten por dejar que te quedes aquí, Black, así que no te expondré más.

— No me llames así. — fue lo único que dijo, para no admitir que muy en el fondo tenía razón. No era una experta en licantropía y la mayoría de lo que recordaba era gracias a que sus amigas estuvieron estudiándolos como locas el año anterior, pero sabía que era un proceso doloroso y para los cercanos peligrosos. Durante la transformación, en luna llena, el licántropo pierde totalmente el sentido del bien y el mal.

Se miraron directamente a los ojos, con los sentimientos a flor de piel, deseando que Remus John Lupin no tuviera que ser tan fuerte, deseando que no tuviera la necesidad de luchar para no perder la cordura.

— Olvide agradecerte hace un rato — murmuró, tratando de cambiar de tema.

— ¿Por qué?

— Por empujarme colina abajo, llenarme de tierra y provocar que me hiriera la rodilla y torciera el tobillo — le respondió con sarcasmo, y el soltó una carcajada silenciosa. En otras ocasiones, como en Transformaciones con la profesora Minerva McGonagall, el chico reiría con total libertad, sin importarle si le quitaran puntos a su casa, pero esa vez era diferente.

— ¿No se te olvida nada más? ¿Ni un pequeño detalle?

— Claro, lo menos importante, salvarme de ser devorada. Gracias, James.

— No hay problema, era eso o asistir a un funeral, aunque debo decir que no me queda nada mal el negro — cubrió su boca con la mano, aguantando la risa y rodando los ojos por las insensible bromas que acostumbraba a decir.

— Qué tonto eres — le sonrió, estaba tan feliz de que finalmente la gente volvía a actuar como antes con ella, finalmente tenía a sus amigos de vuelta.

— Espera, ¿no crees que me vería bien de negro? Si estás bromeando dímelo en este instante, estás hiriendo mis sentimientos — puso su mano sobre su pecho, dramáticamente.

𝚂𝙲𝙰𝚁𝚂 ― james potterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora