Prólogo

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Y ese día todos se rompió para ambas, eso en lo que tanto creían tenía sentido, todas las piezas encajaban pero una estaba más hundida que la otra a una le costaba salir del abismo y la otra no podia dejar sus miedos para entrar el , las dos sentían como se alejaban lentamente las dos sentían como se ahogaban.

                                                                                                                                                     7 de noviembre

Gaia

-Sería una estúpida si te digo que no te necesito, pero sería realmente infeliz si te pido digo que te quedes – parada en medio de la calle con los brazos abiertos gritando en silencio que se quede y que la abrace fuerte-

- Porque ahora soy yo el culpable?, ¿porque ahora esperas más de mí? ¿porque ahora? por qué? - con los ojos en llamas, pero sin ninguna muestra de arrepentimiento en él, se acerca a Gaia con grandes zancadas y la agarra fuertemente el mentón acercándose a su rostro- ¿Por que ahora me dejas ir?, ahora no eres tú quien debe decirme cuando irme – apoyó su frente sobre la de Gaia y cerró lo ojos aun sosteniendo el mentón de Gaia

Gaia puso su mano sobre la de él y susurro muy por lo bajo sintiendo como caían sus lágrimas- Te di una y otra y otra oportunidad –

-PERO NO TE LAS PEDI – Gritó él, soltando fuertemente la barbilla de Gaia – Ni te pedí ninguna de esas -dijo recobrando la cordura -No te pedí ninguna, nunca he tenido nada por lo que nunca he necesitado segundas oportunidades, ahora no te puedes ir ahora no – Dijo él agarrando con ambas manos como si alguien fuera a salir de ahí

-Me tenías a mí – dijo Gaia entre sollozos buscando un encuentro entre los ojos de ambos – Aun cuando no había amor ni esperanza en tus ojos me tenías a mí, pero no me podías ver. -Gaia retrocedió un poco – Perdón, perdón por obligarte a que te quedaras, perdón por esperar que me dieras tanto como yo te di, perdón.

Rohana

-Fui el hombre que esperabas, lo intenté de todas las formas posibles porque solo teníamos una oportunidad, pero tu no lo intentaste tanto como yo-

-¿Cuál es el punto?– Preguntó Rohana mirando por la ventana perdidamente

-El punto es que aquí el malo no soy yo, pero no lo quieres ver , estas tan perdida en tu propio mundo que no me ves, no ves a Gaia , no ves a nadie a tu alrededor- El tomo su chaqueta con furia y se dirigió hacia la puerta -estaba tan perdida que no aceptas que le temes a lo incierto, a perderlo todo a que nos perdonamos , le temes a esto , le temes a ti – Dijo mirando por última vez a Rohana antes de salir del apartamento.

Sin segundas oportunidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora