Capitulo 86

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Santiago.

Llegue a mi casa destrozando todo lo que tenía por delante. Hasta le dije a Jhon que no me preguntara si quiera como me había ido.

Me encerré. Que día de la puta mierda.

No disculparía a Luke por su comentario, lo de Lili no era de la forma que lo decía y no me haría sentir culpable por eso. Estaba a punto de estallar.

El tema de Lili y Luke era algo que nunca se había mencionado. Algo que dejábamos en los recuerdos del pasado que nunca saldrían a la luz.

Y hoy me lo volvía a recordar. Cuando conocí a Lili, fue por Luke. Llevaban meses saliendo, pero nunca concretaban nada. Hasta que llegue yo y fue un flechazo a primera vista. Sabía que estaba mal estar con la chica que le gustaba a mi mejor amigo. Pero la atracción entre Lili y yo era algo inevitable.

A veces me sentía culpable y no solo por eso. También porque destroce la vida de Lili por un juego. Yo estaba roto, mi vida en lo más oscuro era un asco.

Mi familia, mis amigos. Todos lo sabían y estaban involucrados en ello. En cada uno de los pasos en falso que di, en cada uno de los errores que me perseguían.

Hoy no pagaría mi rabia con alguien más, me controlaría. Hoy no saldría en busca de una mujer para desahogarme con sexo.

Pasaría mi duelo solo, encerrado en estas cuatro paredes.

Paso por mi mente el recuerdo de Lara en la oficina. Todo era culpa de ella, ya era suficiente con sus tonterías. Ya había pasado el límite con esto. Arruinar mi amistad con Luke.

Quería que desapareciera de mi vida.

Busque mi teléfono, entre mis contactos y llame a Blair, solo necesitaba que alguien me escuchara. Pero no contesto.

Y por primera vez después de tanto, no tenía a nadie.

Me enrolle en mis sabanas e hice lo que nunca fuera imaginado hacer después de mucho tiempo.

Llorar.

No sabía si por rabia, por dolor, por desahogo. Las lágrimas salían solas.

Todas las semanas de estrés y de rabia constante se reflejaban en mis lágrimas. Tenía un problema de ira, desde pequeño. Tendía a arruinar todo lo que tocaba, todo lo que estaba a mi alcance.

Cuando algo me salía mal, solía partir platos o vasos de vidrio. Mis padres solo me encerraban en un cuarto como un asocial, como si fuera un preso. Hasta que se me pasaba. Sabiendo que mi salud mental estaba en juego.

Recuerdo las heridas en las manos durante años, mientras trataba de destrozar la puerta de la habitación.

Yo me guardaba esos recuerdos para mí, los únicos que sabían era Jhon y Luke. No quería ser un niño perseguido por eso, o un adolescente. O un adulto perseguido por su triste infancia. Me negaba a ser ese típico chico con problemas, pero ya era tarde para solucionar algunas cosas.

Entonces se escuchó unos pequeños toques en la puerta, a la distancia.

Era Jhon.

–Pasa. - dije mientras trataba de eliminar todo rastro de lágrimas en mi cara.

–Todo está bien Santiago? - pregunto Jhon, su cara de preocupación me recordaba a cuando éramos pequeños.

Siempre nos miraban extraño porque nos tratábamos con tanto amor, Jhon siempre fue un niño amoroso. Siempre me trataba como su hermano menor y a mi hermana también. La sobreprotegía.

Mas de una vez tuve que explicar que era mi primo. Para que las personas no pensaran que había algo más allá entre nosotros. Jhon era sangre de mi sangre. A pesar de haber venido de otro lado.

Era el hermano que la vida me había regalado.

–Si. - mire mis manos, no quería delatarme con mi cara.

–Se que no estás bien, te encerraste sin decir nada. Estaré allá afuera, por si quieres hablar. Te quiero primo. - se fue.

No respondí. Pero podía pasar horas en la sala, esperando a que yo saliera para poder hablar.

Así era Jhon.

–Hey.- Estaba sentado en el sofá, cuando me sonrió.

–Saliste. - dijo, pude ver que tenía una cerveza en la mano y cotufas. Estaba viendo una película.

–Pensabas tomar sin mi acaso? - me reí.

–Claro que no, sabía que ibas a salir. Aunque sea a ver películas y tomarnos unas buenas birras. - Movió la cerveza con emoción.

Y así fue, me senté a su lado. Tomamos durante unas horas, respeto mi silencio con respecto a lo que sucedía.

A cambio de eso, hablamos de muchas cosas. De el con Anastasia. Nunca pensé que Jhon estaría como un perrito faldero detrás de una mujer. Después de meses de salida y locuras con chicas. Esto era serio y me hacía feliz que el estuviera bien con eso.

Ya no me molestaba su relación, la respetaba. Seguimos hablando de chicas mientras veíamos la película.

Se hicieron las 2 de la mañana, cuando terminamos de ver las películas. No me iría a dormir sin antes estudiar un poco.

Ya me sentía bien, todo pasaba y esto no se quedaría así. También pasaría. 

Aléjate o déjate llevarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora