• •❲PREMONITION❅ JaeYong❳ • •

11:37:10 am.

Taeyong llevaba días en los que había estado llorando pésimamente en su habitación después de que había terminado con doyoung, le dolió demasiado ver esa expresión de tristeza en su ex novio en ese momento, ni siquiera sabía cómo había reunido tanto valor para poder hacerlo, sus manos temblaban cuando le entrego de vuelta un anillo que doyoung le había regalado por su noviazgo, pero no podía seguir engañándose así de esa manera.

Todas las noches, cada vez que se encontraba con yoon oh en sus sueños, comenzaba a pensar que era real y que no eran sus sueños, yoon oh si existía y algo dentro de él le emocionaba pero a la vez le aterraba. Si yoon oh era real, él no podía seguir engañando sus sentimientos, aun sabiendo que sería difícil encontrarse con él y si lo hiciera, tampoco tendría muchas posibilidades de acercarse, pero tampoco podía continuar con doyoung solo por la necesidad de estar con alguien, de estar por estar y se odiaba por eso.

Algo dentro de él estaba rogando que fuera mentira y que yoon oh era solo un producto de su imaginación ante su amor ideal, pero por más que lo intento, esos post-it de colores que estaban pegados en su ventana y que no se atrevió a quitar, le aseguraban que yoon oh existía ¿Cómo podría reaccionar a ello?

Todas esas noches en las que se encontraba en los sueños con Yoon oh, se encargaba de solo verlo de lejos y no acercarse, tenía miedo de que lo viera o algo por el estilo, pero no podía alejarse mucho, incluso en ese momento en que estaba acostado en su cama a lado suyo observándole leer este bendito libro.

-Y-yoon oh... ¿porqué te gusta tanto ese libro? -preguntó con voz baja mientras el castaño seguía leyendo de sus páginas y taeyong suspiro. Se acomodo boca arriba en la cama para observar esta vez el techo sabiendo que yoon oh no le hablaría-

Sin que taeyong pudiera darse cuenta, yoon oh regreso a verle y ladeo tenuemente su cabeza con curiosidad. Taeyong tenía unas pequeñas ojeras y sus ojos estaban un poco hinchados debido a las veces que había llorado, se veía bastante decaído algo que desconcertó a yoon oh y suspiro.

-porque tiene todas las respuestas que yo quiero... -menciono yoon oh y taeyong abrió sus ojos sorprendido aún observando el techo, giro su cabeza muy lentamente para poder ver a yoon oh justo cuando este le miraba directamente- todo está en el libro -menciono él sin problema alguno alzando levemente ese objeto color celeste-

-¿M-me hablaste? -preguntó taeyong con desconcierto y vio a yoon oh asentir, algo que le impresiono tanto que trato de alejarse logrando solo así caer de la cama golpeando su trasero con el suelo y quejándose instantáneamente- ¿p-porqué me ves? -preguntó taeyong tan pronto se levantó solo un poco para poder recargar sus brazos en la cama-

Pero antes de poder recibir una respuesta, tenía ese libro color celeste frente a él, un dibujo de dos retoños de flor de cerezo y el título que leyó apenas porque el sonido de su alarma le despertó, se golpeó con el mueble de su cama porque recién había notado que estaba en el suelo.

-auch...

se quejó sollozando y acarició de su cabeza para después ver la hora en el reloj del mueble, de repente recordó aquella imagen del libro frente a él, muchas otras ocasiones intento ver ese libro y Yoon oh siempre lo escondía, lo alejaba o lo tapaba con algo para que no lo viera, pero en esa ocasión, se lo mostró sin problema alguno. Trato de recordar bien el detalle de los retoños de cereza y el título borrosamente en su cabeza hasta que llegó "almas gemelas". Tenía que buscar ese libro fuera como fuera, así que se puso de pie para tomar una ducha, cambiarse y salir lo más rápido posible a la biblioteca más cerca para buscar dicho libro.

Paso horas buscando ese libro, encontró otro tipo de libros con títulos muy parecidos, pero ninguno con esa portada, incluso busco en las computadoras de la biblioteca si había un ejemplar de dicho libro, pero se le hizo mucho más difícil porque no había ningún autor, además en su recuerdo, no había un autor por lo que era frustrante pasar y pasar libros de diferentes cosas, además de que ninguno tenía esos retoños tan singulares.