Capítulo 26

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— No mamá, estamos bien, es solo que Ana se sentía un poco cansada. — Ella golpea mi hombro y manoteo de vuelta para que se aleje. — Si, lo prometo. Estaremos ahí pronto para una divertida reunión familiar.

Fuerzo una sonrisa en mi rostro para enfatizar la felicidad que eso me produce, a pesar de que Grace no puede verla. Giro un poco cuando siento la mirada de Ana sobre mi y luego ella garabatea algo en ese cuaderno de rayas negras que llama agenda.

— Por supuesto, adiós.

Termino la llamada y vuelvo a guardar el móvil en el bolsillo para terminar el desayuno que Grace Grey interrumpió este lunes en la mañana. Jesús, no pudo esperar más tiempo para reclamarme la falta a su cena de ayer.

— ¿Por qué dijiste que fue mi culpa? — Me gruñe. — ¡Me va a odiar!

— No te va a odiar, pequeña exagerada. Ella mejor que nadie debería entender que necesitas reposo y todo eso.

Señalo su vientre redondo y podría jurar que ha crecido desde que estuvimos en el cuarto de juegos este fin de semana. Ana recoje los platos y los lleva hasta otra mesa antes de volver a tomar su agenda.

— Tienes muchas reuniones el día de hoy. — Susurra mirando el listado. — Suena aburrido.

— Te lo dije. — Canturreo. — Deberías volver a casa ahora o encontrar alguna otra actividad que puedas hacer.

— No, gracias. Aquí me quedo.

Justo a tiempo, Andrea golpea la puerta de la oficina y le hago una seña para que entre.

— Señor Grey, la señorita Cassidy está aquí como usted lo solicitó. ¿La recibe ahora o quiere que la envíe a Recursos Humanos?

— Recursos Humanos. — Susurra Ana.

— Hazla pasar, tengo que hablar con ella sobre lo que quiero.

Andrea lucha contra una risa, presionando sus labios con fuerza y un rápido vistazo detrás de mí la delata. Le divierte la expresión furiosa de Ana.

— Ya hablamos de esto. — Giro sobre la silla para mirar a la pequeña estafadora. — Es mi empresa, yo sé lo que hago y las decisiones las tomo yo. ¿Quieres estar aquí? Cierra la boca y toma asiento o vete.

Antes de que pueda responder, la puerta de mi oficina es golpeada de nuevo y Amber Cassidy entra con una enorme sonrisa. Sus tacones altos suenan por el piso de mármol blanco.

— Buenos días, señor Grey. Estoy muy feliz de que me llamara.

Ella fija sus ojos en mi, provocando que me remueva incómodo. Ya recuerdo por qué evito ir a bares, odio cuando me miran como si fuera una presa... Una que además es millonaria.

— Te llamó la secretaria. — Le gruñe Ana. — Y estás aquí para ocupar un puesto de trabajo, será mejor que lo recuerdes cuando muestres respeto.

Eso seguro que capta la atención de Amber, que por primera vez levanta sus ojos hasta la chica de pie a mi lado. La observa con atención y Ana se asegura de resaltar la barriga de su embarazo.

— Lo siento mucho señor Grey, no sabía que su novia era su vicepresidente.

¿Qué?

Me apresuro a contestar antes de que esta chiquilla oportunista decida darse un ascenso.

— No. Ella está aquí como mi asistente personal. — Digo con convicción como si hubiera sido mi idea. — Si hay algo que necesites, puedes decirle a Andrea para que ella notifique a Ana.

¿Qué tan difícil puede ser eso? No creo que existan inconvenientes... A menos que Ana deliberadamente omita darme los recados de Amber.

— ¿Hay algo que necesite saber antes de conocer mi oficina?

— Si, convoqué a una reunión con mis jefes de departamento para presentarte y que ellos mismos puedan ponerte al tanto de los proyectos que tenemos. Además, mi abogado necesita que firmes algunos documentos.

— Como usted ordene, señor Grey.

Amber dice con voz suave y pestañea con un gesto de inocencia. No sé que es, pero algo en todo esto me resulta extrañamente familiar.

— Ana, pídele a Andrea que lleve a la señorita Cassidy a la sala de juntas.

Les hago una seña a ambas para que se aparten y le escribo un texto rápido a Welch.

*Necesito que investigues a una persona para mí, su nombre es Amber Cassidy. Mándame todo lo que encuentres.*

Al momento recibo su mensaje de respuesta con un simple Okay porque después de todos estos años, Welch sabe perfectamente el tipo de información que busco.

Camino detrás de Ana hasta la sala de juntas y ocupo mi lugar al frente de la mesa. Ella y Andrea no tienen un puesto en la gran mesa porque normalmente mi asistente de sienta junto a la pared.

Miro a Amber presentarse con todos los hombres de la sala, ocupando el puesto junto a mí en la mesa. Mira por encima de su hombro hacia Ana y sonríe.

— La señorita Cassidy será nuestra nueva Directora de Operaciones. — Voy directo al punto. — Necesito que le informen sobre las funciones de cada departamento y los proyectos en los que están trabajando.

Los hombres en la mesa asienten, pero veo algo de curiosidad en sus ojos. Por supuesto ninguno se atreve a preguntar o a susurrar frente a mi, pero sé que se preguntan qué hace Ana aquí.

— Dedicarás un día a cada departamento antes de tomar la oficina que te corresponde y espero que estés lista para la proxima reunión.

Casi la escucho chillar de emoción, como si esto fuera el sueño de su vida. Probablemente se deba a lo mucho que le pagaré, pero no estoy del todo seguro por la manera en que me mira.

— Gracias, es todo por ahora.

Me pongo de pie y estiro mi mano hacia Ana para que venga conmigo. No tengo nada más que decir ahora por lo que puedo volver a la tranquilidad de mi oficina. Asiento hacia mi abogado que está esperando a Amber para todas las formalidades legales.

— ¿Terminó? — Pregunta la pequeña curiosa.

— Si.

— Pero si no dijiste nada. — Me reclama.

— Di una orden, ellos obedecen. Así es como funcionan las cosas por que ellos quieren conservar sus jodidos empleos.

— Qué aburrido...

Oscuro (Libro #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora