8 🔺️ Patitas

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Ha pasado varios meses. La familia de Mika y Yuu no ha tenido muchos problemas, más bien, ninguno.

Michi habló con sus padres respecto a lo que comenzó sentir hacia Gyurei. Y bueno, ellos lo apoyaron, pronto -exactamente dos semanas después - se hicieron novios ese par de tortolitos.

Ahora era un día tranquilo. La familia de cinco se encontraba en el parque, los chicos estaban jugando, mientras que los adultos los miraban.

-Yuu-Chan, mira esa nube, tiene forma de abeja gorda -dijo el blondo apuntando un celaje con una forma extraña. El aludido la admiro por unos segundos y luego le encontró forma.

-Es cierto -miro otra - Ja ja ja esa parece un sapo gigante -apunto la nube. El ojizafiro rio por lo que dijo su esposo.

-Aún me pregunto porque te dan risa los sapos.

-No lo sé, pero siento como si estuvieran drogados o algo así... creo que el drogado soy yo, pero no me meto mierda ni por culo, más bien me sale por ahí -Mika comenzó a reírse fuertemente.

Le encantaba escuchar estupideces que de vez en cuando decía su esposo.

Siguieron observando las nubes. Luego Yuu se recostó sobre la entrepierna del menor, este lo abrazó y lo empezó a mimar.

Luego de una tarde llena de risas, volvieron a su casa, con un cansado Michirou sobre la espalda de su hermano.

-No pesa -dijo Kai en voz baja -. ¡Ahg! ¡Me es-está asfi-xiando! -exclamó. Su hermano le estaba apretando el cuello con sus brazos.

Su padre fue y retiró a su hijo de la espalda del otro, para que pudiera respirar. El azabache menor se aferró a Yuichirou, este suspiro y lo cargó como si todavía fuera un niño pequeño.

-Demonios... -hablo en medio de la tos que le dio -. Es muy fuerte.

-Heredo eso de Mika -los dos rubios menores lo miraron confundidos -. Ya les dije que su papá se llama Mikaela. Me pregunto yo si no se lo han aprendido -ambos rieron nerviosos, su progenitor suspiró otra vez y retomaron su camino.

 Me pregunto yo si no se lo han aprendido -ambos rieron nerviosos, su progenitor suspiró otra vez y retomaron su camino

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Otros dos meses pasaron, era una noche estrellada, la cual Mikaela admiraba desde el balcón.
Era demasiado tranquilo. Los grillos hacían su canto, estaba tan concentrado en las constelaciones y el sonido de los grillos, que salió de sus pensamientos de una embestida.

Comenzó a jadear sintiendo la gran verga de su marido dentro de él luego se dio cuenta de que sus pantalones y ropa interior ya no estaban, pronto sus jadeos se convirtieron en gemidos de placer, debido a que las embestidas eran rápidas y tocaban su punto dulce.

Sus ojos azules miraban el cielo nocturno, la luna era testigo de lo que hacían. Pronto llegaron a su primer orgasmo, el moreno sacó su pene y el rubio volvió a correrse.

Los misterios siguen ➣YuuMika/GyuMichi➣ [Concluida]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora