Bárbara puso los ojos en blanco.
- Dámelo - Barbara tomó el papel. - 7º Haz un corazón en la playa otra vez.
- Claudia se está quedando sin creatividad, ¿no te parece? - Comentó Macarena.
- Eso está mejor - dijo Bárbara.
Macarena se echó a reír y se levantó.
- Vamos.
Bárbara la siguió, miró que el cabello de Macarena se veía perfectamente suave, se acordó de la sensación de enterrar sus dedos allí y se estremeció. Afuera, el sol brillaba intensamente.
- ¿Qué hora es? - Preguntó Barbara.
- No sé. Quizás las tres o las cuatro.
- Um - dijo Bárbara. - El tiempo corre rápido hoy.
Macarena sonrió, entrecerrando los ojos contra el sol.
- ¿Es esta una forma indirecta de demostrar que te gusta mi compañía?
- Oye. Eso me lo dijiste a mi el otro día.
- Y me gusta tu compañía - explicó Macarena simplemente.
Bárbara se encogió de hombros, incómoda.
- Y yo puedo sobrevivir a la tuya.
Macarena se echó a reír.
- Eres terrible para inventar disculpas.
- No lo soy - dijo Bárbara, sin pensar.
- ¿Ah, no? - Preguntó Macarena, riendo.
- Argh, Macarena, ahórratelo. ¿Será que el corazón que hicimos el día antes de ayer todavía siga aquí?
- Probablemente no. Debe haber habido viento, lluvia ... No lo sé. O puede que lo hayan pisado.
- Oh, que horror.
Macarena se echó a reír.
- Venga. ¡Hagamos uno aquí! o mejor ¡hazlo tú!
Macarena tomó un palo y se lo dió a Bárbara, que puso los ojos en blanco.
- ¿Aún no has aprendido a hacer un corazón?
- No - dijo Macarena. - Por favor, sabía y venerada maestra, ilústreme.
Bárbara amenazó con golpear a Macarena con el palo, Macarena se echó a reír. En un gesto lento, preciso y calculado, Bárbara dibujó un corazón. Perfecto.
- ¿Ves? Mis críticas son constructivas. Este ya no tiene un lado más grande que el otro - comentó Macarena.
- Cállate. Escribe tu nombre.
Macarena lo hizo, sonriendo.
- Está tarea es tan tonta - comentó Bárbara, escribiendo su nombre debajo de Macarena.
- ¿Por qué? - Preguntó Macarena, sentada en la arena.
- Pues ... quizá porque por ser en la arena, es muy fácil que esto se deshaga - dijo Bárbara, sentándose a la izquierda de Macarena y abrazando sus rodillas.
- Entonces estaría mejor escribir el nombre en un árbol, porque es sólido y firme, lo que significa confianza y seguridad - dijo Macarena, entendiendo lo que Bárbara quería decir.
- Exactamente. En cuanto a la arena, cualquier viento lo destruye.
- Ya pero es mucho más fácil escribir el nombre en la arena.
- Sí. En el árbol, es necesario elegir el lugar correcto, donde la madera se deje cortar. Debes usar un cuchillo o una navaja de bolsillo.
- A menos que tengas uñas demasiado largas - sugirió Macarena, haciendo reír a Bárbara.
- Sí, a menos que tengas las uñas demasiado largas - suspiró Bárbara.
El sol brillaba, no había nubes en el cielo y soplaba una deliciosa brisa marina. Bárbara se mordió el labio.
- ¿No te parece el escenario perfecto? - Bárbara se preguntaba qué estaría pensando Macarena.
- Sí. El tipo de lugar que ves en las películas, cuando los protagonistas se besan.
- ¿Eso fue una indirecta? - Preguntó Barbara, riendo.
Macarena también se echó a reír y le pasó un brazo por los hombros. Bárbara se puso rígida.
- Solo voy a abrazarte - dijo Macarena, tranquilizándola. - El siguiente paso es caminar, podemos quedarnos aquí por unos minutos.
Bárbara suspiró.
- Solo porque el escenario es perfecto.
- Sigue diciéndote eso a ti misma.
Bárbara puso los ojos en blanco, riendo, apoyó la cara sobre el hombro de Macarena, con su mano libre, Macarena tomó la mano derecha de Bárbara y la envolvió alrededor de su cintura. Bárbara parecía dudar, pero Macarena pronto sintió que se relajaba, Macarena inhaló el suave aroma del cabello de Bárbara y cerró los ojos. Era un sentimiento perfecto, que solo estaban ellas en el mundo, que Bárbara se quedaría allí con Macarena para siempre ... que las dos se complementaban perfectamente. Macarena casi cedió al impulso de decirle eso a Bárbara, pero recordó que se había prometido ir más despacio con ella.
Macarena sintió que en ese momento el tiempo se había detenido así que, se sonrió a sí misma y se animó a abrazarla más fuerte.
Eran solo Macarena y Bárbara. Y nada podría estar más certero.
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Las leo chicas 👀
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Esta historia NO ES MIA. Todos los derechos reservados, créditos y respeto a su autora @LANAWIIINTERS! que amablemente me dejó traducirla y adaptarla a Barbarena.
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The Experiment | Barbarena Terminada
RomanceUn millón de dólares, era el valor del premio que la red de científicos más grande del mundo estaba ofreciendo a dos personas que serian elegidas para ser parte de un experimento Social. Este experimento se basaba en colocar a dos personas de person...