Ya era viernes, la semana pasó de lo más normal, Byron y yo nos hemos hecho muy buenos amigos, nos contamos nuestras cosas, me ayuda en todo, sobretodo me ayuda a soportar ver a Hugo todos los días. En pocos días le he cogido muchísimo cariño, y para que mentir, Byron me atrae de una manera loca, y cada vez que estoy con él me pongo muy nerviosa, creo que me estoy enamorando de él y mucho, pero tengo que intentar controlarme, al fin y al cabo, solo somos buenos amigos, y nunca llegaremos a nada más.
Llegué al instituto diez minutos antes de que sonara la alarma de entrada ya que Sussy, la madre de Lisa, nos ha llevado en coche. Nos sentamos en uno de los bancos de entrada, ya hay bastantes alumnos en el patio charlando y jugando, los más pequeños suelen llegar quince minutos antes, nunca he entendido el porqué, creo que yo no lo hacía.
-Chicas- empieza Lisa a hablar- Os tengo que dar una noticia..- se pone nerviosa.
-¿Qué pasa? ¿Es algo malo?- pregunta Dana rápidamente.
-No no, al contrario, es algo.. especial- se sonroja.
-Pues ya tardas en hablar guapita- ríe Nikki.
-Bueno.. veréis, Bryan y yo.. bueno, que ya es oficial, estamos saliendo- se pone roja como un tomate.
-¡Ya era hora!- Me abalanzó sobre ella y la abrazo fuertemente. –Si, si, ya era hora, que estos días estabais muy juntitos pero no pasaba nada- ríe Dana.
-Oye chicas, no es por estropear el momento ni nada pero..¿¡ Habéis visto ese pedazo de tio!?-Dice Nikki y todas nos damos la vuelta descaradamente.
Un chico estaba en la puerta del instituto con una mochila colgando, con aire chulesco, pero debo admitir que era muy guapo, pelo liso con un poco de gomina y rubio, espalda ancha, y unos brazos bastante fuertes, se nota que hace deporte, su tez no es muy morena, pero tampoco es blanco como un vampiro, está bastante bien.
Estamos un rato hablando sobre él, pero el timbre de clase suena y vamos para adentro. Cuando voy a entrar alguien me tira del brazo.
-Chicas ir entrando, yo ahora voy-les digo a las chicas. -¿Qué pasa Bryan?- le pregunto
-Me ha dicho mamá que esta tarde tengo que ir a buscar a Nico al colegio, pero tengo un compromiso y no puedo. ¿Puedes ir tu a por él?
-¿Qué compromiso?- Le pongo cara de sorpresa.
-Uno Alison, ¿Puedes?-insiste
-¿Has quedado con Lisa?- Le pregunto pícara, él se sonroja y se pone nervioso, lo noto. –Tranquilo hermanito, que yo voy a buscar a Nico, no te preocupes- intento calmarlo. Él lo agradece con una sonrisa y se va para adentro corriendo.
Cuando estoy apunto de llegar a clase, algo me sorprende, veo al chico de antes con un saco de balones de futbol y desorientado por el pasillo. Me acerco a él.
-Perdona ¿Puedo ayudarte en algo? – le pregunto amablemente
-Pues verás, estoy buscando el gimnasio, esto de ir descubriendo por mi cuenta veo que se me da mal – reímos los dos.
-Al fondo a la derecha hay un pasillo largo, la segunda puerta da a los vestuarios y a través de los vestuarios puedes llegar al gimnasio- le indico.
-¿Puedes acompañarme tu? Es que tengo el presentimiento de que me voy a perder- me pone cara de suplica. Y yo cedo.
-Si llego tarde a clase tendrás que salvarme tu el culo eh- río. –Por cierto, ¿Para que buscas el gimnasio?
-El año pasado acabé segundo de bachillerato y ahora estoy haciendo grado medio de deportes, entonces vengo a hacer unas prácticas para ser profesor de educación física. Voy a distintos centros y estos días me quedo en este hasta que me asignen otro- me comenta entusiasmado
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Las princesas no lloran
Teen FictionAlison, una joven de 16 años, tiene unas amigas que nunca le fallan, una familia ejemplar, y unos estudios muy bien cualificados. Byron, 16 años, joven, rebelde y terriblemente atractivo. Playboy del instituto, todas las chicas van detrás de él. Per...