CAPITULO 1. Origen
¿Es posible que todo lo que creemos imposible, sea lo correcto y que todo lo irreal pueda lograr ser cierto?
Yo por mi parte, con mis conocimientos, creo que el mundo es un lugar lleno de mentiras, sufrimiento y codicia, gracias a los mortales.
Me llamo William y os relataré, que gracias a mis 25 años, he vivido muchas experiencias, entre ellas las delicatessen de este mundo, auque también problemas y sufrimiento que indica que aun seguimos vivos y que nos hace reconocer como humanos.
Mis últimos recuerdos de cuando era un joven incrédulo y arrogante con ideología materialista, se remonta a los lindares de la Primera Guerra Mundial. Por ese entonces yo tendría unos 18 años y estaba especializándome en “traducción e interpretación”. Mi único deseo era conseguir expresarme en diversos idiomas. Había escogido Frances y alemán como idiomas de estudio, dado que eran de gran potencia. Recuerdo que una tarde, estando yo en la biblioteca, se acercaron dos hombres a mi mesa de estudio. Parecían oficiales, ya que iban vestidos con traje. Me impresionó la forma en que me miraban, y me puse un poco nervioso. Uno de los hombres parecía estar incómodo y furioso, ya que miraba en todas direcciones, como esperando encontrar algo. Al contrario, el otro hombre parecía ser más calmado ya que me miraba con una sonrisa pacífica y amigable. Este último llamaba mucho la atención por sus ojos profundos y castaños.
-Buenas tardes- dijo el oficial, aparentemente incómodo. –Buenas tardes, si pudiesen llamarse así- respondí, un poco nervioso pero sin bajar la mirada en ton de timidez.
El oficial calmado se presentó y a su amigo también, ya que su amigo no parecía tener ganas de abrir la boca. –Me llamo Héctor, y el es el oficial Eduardo-.
Al ver que tenía razón en que manifestaba aspecto cordial, decidí presentarme también.
-Mi nombre es Wi…- no pude terminar de presentarme ya que el oficial Héctor cortó mi presentación. – William, ya lo sabemos, es más, sabemos todo sobre ti. No queremos asustarte, solo venimos a hablar contigo-.
Me quedé atónito ante las palabras del oficial. ¿Como podían saber como me llamo, y podría ser cierto que saben todo sobre mi?