Aún con los ojos cerrados, giré mi cuerpo en la cama intentando buscar la almohada a la que siempre abrazaba. Sin embargo, lo que me encontré en su lugar fue una fría pared que me dejó la mano adolorida. ¿Una pared? mi cama era de matrimonio y estaba en medio de la habitación ¿Cómo me iba a chocar con una pared? Extrañada abrí un ojo para situarme en la habitación, decorada con la bandera del arcoiris, un montón de cosas de Lady Gaga y Mónica Naranjo, y rápidamente tuve que abrir el segundo pues no reconocía el lugar en el que estaba. Con preocupación, y con un fuerte dolor de cabeza, me incorporé y verifiqué lo que ya me imaginaba. No estaba ni en mi casa ni en la de mi novio.
Novio...Las imágenes del pasado día empezaron a aparecer por mi cabeza justo en el mismo momento en el que un alto chico con una camiseta rosa de unicornios asomaba su cabeza por la puerta.
-Buenos días blanca flor ¿te encuentras mejor?- Me preguntó un chico delgado y con cara de buenazo pero que no reconocí porque todos los recuerdos del día anterior se arremolinaban en mi cabeza sin dejarme pensar con claridad.
-Dios, no- dije cogiéndome la cabeza con las manos y haciéndome una bolita - ¿Y mi móvil? ¿Qué pasó ayer? ¿Dónde estoy?
-Cari, soy Noah, el camarero del bar de abajo. Anoche llegaste, te emborrachaste en el local y luego dormimos juntos ¿No lo recuerdas? Porque yo sí.
Por desgracia, empezaba a recordar ciertas cosas y todo empezaba a volverse claramente vergonzoso y doloroso:
-Flashback-
Lo tenía todo listo: las maletas, los billetes, el piso nuevo, etc. Todo estaba listo para que dejara esta ciudad y emprendiera camino hacia lo desconocido... excepto por mí. Yo no quería irme sin él, lo amaba y comenzar una relación a distancia o dejar una relación perfecta no era mi propósito del año. Por eso en el último momento cancelé todo y corrí con las maletas hacia su casa.
Ya lo estaba viendo, sería perfecto: entraría en su casa, dejaría las maletas, prepararía el desayuno y luego entraría a su habitación para decirle que había renunciado a mi trabajo por él, así que él me lo agradecería y acabaríamos llenando las sábanas de chocolate. Sería perfecto.
Excepto por el hecho de que al llegar a su casa me encontré a mi querido novio con su mejor amigo desnudos y sudorosos en el sofá.
-Córrete dentro de mí- le dijo mi, hasta hace unas horas, compañero de piso a mi supuesto novio.
-No puede ser...- dije yo casi sin fuerza en la voz- No...- Y entonces mientras mi sangre se helaba, mi maleta golpeaba de forma estruendosa el suelo.
-¡Leila! ¿Por qué no estás en Sevilla?- dijo sin intentar ocultar o excusar lo que estaba pasando.
-Esto es una broma de cámara oculta ¿Verdad?- Dije mirando a todos lados.
- Llevo un tiempo diciéndote que teníamos que hablar pero tú no quieres porque sabías lo que pasaba...Creo que es mejor que te vayas- dijo aún con su pequeñita polla en el culo gordo del otro.
Y ahí exploté. Mientras él hablaba yo estaba mirando las fotos que su familia tenía colocadas por toda la casa y simplemente actué. Cogí una de la estantería, a mi derecha, en la que ambos salíamos abrazados junto a sus padres y sin pensármelo dos veces fue directa a su cabeza.
-¡Tú! ¡Maldito desgraciado! ¿Me estás diciendo que tengo la culpa de que me pongas los cuernos con tu mejor amigo? - Y a cada palabra que salía de mi boca, un marco de foto aparecía en mi mano y era lanzado hacia cualquier lugar de la habitación. -¡Maldito cobarde desgraciado!
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El bar de al lado
Teen FictionTras un bache amoroso, nuestra protagonista decide reorganizar y tomar nuevas decisiones. Tú puedes decidir cuáles en los comentarios. Basándome en los juegos de rol, donde el número que saques en dado determina el curso de la historia, he creado un...