Hola, pido disculpas por la demora pero no estoy muy bien de salud. Pero hoy he hecho un poco de tiempo porque en lo personal no me gusta leer historias inconclusas y procuraré avanzar todo lo que pueda con esta historia.
Por curiosidad ¿alguien ha visto la segunda parte de "El Infierno de Gabriel" en PASSIONFLIX? Vale la pena cada centavo de la suscripción desde mi perspectiva.
Capítulo 7
A tres día de la navidad y seguían con la agenda repleta. Si había algo claro era que las fiestas navideñas disparaban los conflictos familiares, las disputas y los divorcios, y muchas mujeres acudían al gabinete buscando ayuda y orientación. Era de locos, y con una de las asistentes sociales de baja por maternidad, la cosa se estaba complicando mucho más de lo normal.
Tras levantarse con Peeta a las cinco y media de la mañana y aprovechar que la acercara en coche a Notting Hill antes volar a su rodaje en Pinewood, llegó a la oficina a las seis y media y se dedicó a adelantar papeleo, a revisar correos, a leer sentencias y hacer todo aquello que nunca tenía tiempo de hacer con calma. A las ocho y media, cuando empezaron a llegar sus compañeras, ya estaba lista y llena de energía para enfrentarse a las citas de la mañana y a las doce y media, cuando salió de su despachito y se encontró de bruces con Julia Fox Bunbury entrando por la puerta principal, tenía casi liquidado el orden del día y se disponía a tomar una buena taza de té con Evelyn, su nueva pasante.
—Adiós, señorita Everdeen, la llamaré cuando vuelva de Lima.
—Estupendo, Iris, ahora disfrute de esos días en familia, se lo merece y cuando vuelva nos vemos, pídale a Joanna una cita y ya lo dejamos cerrado.
—Claro, señorita Everdeen —repitió en español—, adiós y feliz navidad.
—Feliz navidad —dio dos besos a su clienta peruana y miró a Julia con cara de pregunta.
—¿Señorita Everdeen? —Parafraseó ella con un acento pésimo, luciendo tan fuera de lugar allí, con su abrigo de cuero hasta los tobillos, su foulard de seda natural y su gorro de lana metido hasta las orejas.
—Ese es mi nombre —le hizo un gesto para que la acompañara a su humilde oficina y le indicó la puerta de cristal donde se podía leer: Katniss Everdeen-Mellark. Lawyer—, lo que pasa es que nadie me hace caso, al parecer lo de Everdeen les suena imposible y se quedan solo con el Mellark.
—Ya, ya —Julia entró al despachito comprobando que a pesar de ser diminuto, estaba limpio, ordenado y era muy luminoso. De paredes blancas, estaba forrado de arriba abajo con estanterías de madera llenas de libros y algunas fotos, y dos plantas de interior muy grandes crecían junto a una ventana igualmente grande—, qué monada.
—Gracias, vaya sorpresa —le dio dos besos y Julia declinó la invitación a sentarse—, ¿qué te trae por aquí?
—Vine a visitar a un artista muy bueno que me han recomendado, vive justo aquí al lado y como no me has llamado me he dicho: voy a intentar secuestrarla y llevarla a comer. Peeta no acaba hoy hasta las seis ¿no?
—Sí, pero...—se lo pensó mejor y asintió cogiendo el abrigo—, está bien, vamos. Hay un bistró estupendo en la esquina, a veces comemos allí.
—Genial, tú mandas.
Se despidieron de todo el mundo y salieron al frío polar caminando de prisa. Julia le comentó que estaba siempre a la caza y captura de nuevos artistas, que era una pasión secreta, y que le encantaba verlos trabajar en su ambiente por muy cochambrosos o raros que fueran sus talleres. Katniss le contó que su hermana estaba trabajando para una consultoría de arte muy importante, y ella se quedó fascinada con la novedad.
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Oportunidades
RomanceEl amor propio, confianza, madurez y respeto son las bases para tu vida con tu pareja. ¿Cuántas oportunidades se deben de dar y recibir para vivir y disfrutar tu amor con tu otra mitad?