IV. La pregunta sin resolver.

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Había muchos cabos sueltos. Muchas cosas que no encajaban y, sobre todo, una pregunta sin resolver, ¿Quién era la persona que había ayudado a Wei Ying a salir de la piscina? Era el único testigo de lo que Wen Chan había hecho aquel día, y, además, s instinto le decía que esa misma persona había sido quien había mandado el mensaje de donde se encontraba el chico.

Durante en poco tiempo que estuvo en la estación de policías, pudo darse cuenta de por qué el caso Wei Ying se había archivado; no muchas personas ayudaban al momento de hacer las investigaciones. Sus padres adoptivos, por supuesto que lo habían ayudado, ellos y los Lan habían sido de mucha ayuda en cuanto a las declaraciones, pero ningún otro policía parecía querer dar su punto de vista sobre el caso. De hecho, había recibido muchas negativas por sus compañeros, algunos incluso le decían que dejara ese caso por la paz porque no importaba cuándo investigara, al final iba a terminar sin nada en los bolsillos y con muchos problemas. No le importaba, él había jurado ayudar a que la ley se aplicara, ayudar a las personas que lo requerían, y el chico y su familia lo necesitaban.

Por otro lado, él no iba a prestarse a ningún truco sucio, no iba a ocultar información ni a encubrir a alguien, iba a encontrar al responsable.

La principal persona que se oponía a que investigara ese caso, era su propio jefe, Jin GuangYao, el hombre parecía molesto con él desde que había decidido que continuaría con la investigación. Sabía perfectamente que él le había pedido a sus compañeros que le negaran información, pero ahora le surgía otra pregunta, ¿Por qué? ¿Por qué a su jefe le afectaba tanto el que desempolvara esos archivos?

Luego de muchos años en servicio, había aprendido a hacer diversas cosas, si sus compañeros le negaban la ayuda, entonces él lo haría solo, por alguna razón y aunque aún no tenía mucho investigando, aquel caso le había llegado demasiado, sabía que ahora no podría dejarlo hasta saber la verdad, por más que quisiera.

Revisó la computadora, era una laptop demasiado vieja, pero aún funcionaba bien, se encargó de revisar cada archivo, había muchas fotos, podía ver la cercanía que tenía Wei Ying con sus hermanos adoptivos, incluso algunas de Lan Wang Ji cando este era un adolescente, encontró fotos de conejos y nada más. No parecía haber nada, pero no se dio por vencido, algo tenía que encontrar, una pista, lo que fuese.

Las horas pasaron y comenzaba a sentirse frustrado, había revisado cada carpeta, había prestado especial detalle en todo, pero no había encontrado nada.

Revisó el teléfono celular, ¿Sería que habría forma de recuperar los mensajes borrados? ¿Las llamadas?

•••

La lluvia golpeaba con fuerza en la ventana, YanLi había ido a visitar a Wei Ying más temprano, ambos habían charlado un poco. Apretó un poco sus cabellos, El chico tenía que despertar antes de que el bebé de su hermana naciera, se rehusaba a pensar que todos podían seguir con su vida sin Wei Ying.

¿Cómo era que lo hacían? Él no podía, en cada paso que daba el hombre se hacía presente, recordándole que aún tenía que ayudarlo a resolver un asunto, ayudarlo a despertar, a que volviera a continuar con su vida.

Observó hacia la cama, ¿Cuándo sería el día en el que volviera a ver a Wei Ying siendo el chico sonriente y bromista que conoció años atrás?

Sintió su teléfono vibrando en sus bolsillos, atendió la llamada, no sin antes cuestionarse si responder o no al número desconocido.

— Soy el detective Nie MingJue, ¿Hablo con Lan Wang Ji?

— Sí, él habla.

— Me gustaría hacerle algunas preguntas referentes al caso del secuestro de Wei Ying, ¿Podría verlo en la casa de los señores Jiang en unas horas?

Segunda oportunidad |WangXian|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora