Dennis
Angie se encontraba decidida a elaborar un aviso de dos semanas con Carlos. No iba a discutir con ella. Ya había accedido a todo lo que le pedí. Y no estaba dispuesto a empujar mi suerte. Me senté a la mesa con mi ordenador portátil y una taza de café esperando a que ella terminara suturno.
Carlos había dejado de hablar conmigo durante unos minutos, pero aparte de eso había sido una tarde tranquila. Casi todo el mundo se había ido de la ciudad. Gibran estaba dando vueltas por Fran pero no estaba seguro de que lo fuera hacer por mucho tiempo más. Había visto la mirada inquieta de sus ojos, el otro día cuando habíamos jugado una ronda de golf. No estaba acostumbrado a estar en esta ciudad más de un verano.
—¿Este asiento está ocupado? —Miré hacia arriba para ver a Sandy ocupar el asiento frente a mí. No la había visto mucho desde el torneo de golf. Miré hacia atrás para ver a Angie recargar el agua de alguien, pero sus ojos estaban sobre mí.
—Sí, lo está —contesté sin mirar a Sandy.
—Sé que estás comprometido. Todo el mundo lo sabe. No estoy aquí para joderte —respondió ella.
Angie me sonrió y luego se volvió para caminar de regreso a la cocina. Mierda. ¿Qué significaba esa sonrisa?
—Tiene un gran maldito diamante en su mano. No tiene nada de qué preocuparse y ella lo sabe. Cálmate, amigo. Estás volviéndote loco por nada.
Enfoqué mi atención en Sandy. —Ella sabe que tú fuiste mi primera. Le molesta.
Sandy se rió entre dientes. —Puedo asegurar que los recuerdos que tengo de nuestra experiencia y de la realidad que ella está viviendo son completamente diferentes. Tuve el virgen cachondo. Ella tiene el profesional experimentado.
Miré hacia atrás para ver si Angie estaba de vuelta aquí. No quería que escuchara esto. —Sólo tienes que sentarte en otro lugar. Está bastante emocional en estos momentos. No quiero molestarla.
Nadie sabía que estaba embarazada todavía. Había estado dejando que Angie decidiera cuándo decirle a la gente.
—Ella no está hecha de porcelana. No se romperá. ¿Sabe que la tratas como a una maldita muñeca?
—Sí, lo sé. Estamos trabajando en eso —dijo Angie mientras se acercaba a nuestra mesa y me sirvió más café en mi taza—. No creo que hayamos sido oficialmente presentadas. Soy Angie Flores.
Sandy dio un rápido vistazo asustado hacia mí y luego se volvió a Angie. —Sandy.
—Es un placer conocerte al fin, Sandy. ¿Puedo ofrecerle algo de beber?
Esto no era lo que yo había estado esperando. No es que no me gustara, porque lo hacía. Significaba que estaba haciendo que se sintiera más segura conmigo.
—¿Si pido una coca-cola light él va a tomar un oscilación en mí? —se preguntó Sandy.
Angie se rió y negó con la cabeza. —No. Va a ser un buen chico. Te lo prometo. —Entonces ella me miró—. ¿Tienes hambre?
—Estoy bien —le aseguré.
Ella asintió con la cabeza y se dirigió a la cocina.
—Yo podría estar un poco enamorada de ella. Es ardiente. Pero entonces, si alguien te va a atar a ti tendría que ser un paquete completo.
Sonriendo tomé un sorbo de mi café. Luego volvió a mirar a la puerta esperando a Angie que caminara de regreso. No podía esperar a llegar a casa para tener su pequeño y sexy trasero.
*********
Angie se mantuvo inclinada sobre el asiento presionando besos en mi cuello y mordisqueando mi oído. Fue realmente muy duro para mí mantener la concentración al conducir de vuelta a casa.
—Estoy a punto de parar y coger a mi caliente novia si no se detiene —le advertí pellizcando su labio inferior cuando me besó muy cerca de la boca.
—Eso suena más como una promesa que una amenaza —bromeó ella, deslizando su mano entre mis piernas y ahuecando mi erección.
—Mierda, me estás volviendo loco —gruñí, apretándolo en su mano.
—¿Si lo chupo te puedes concentrar lo suficiente para conducir? —preguntó ella mientras empezaba a desabotonar mis pantalones vaqueros.
—Lo más que probable es que nos estrellemos contra una palmera, pero me importa una mierda en estos momento —le contesté mientras su mano se deslizó por la parte delantera de mi ropa interior.
Por suerte, no tendríamos que averiguarlo. Entré en la calzada y frené el coche en el aparcamiento justo cuando Angie llegó a mi pantalón desabrochado. Mi teléfono se disparó por tercera vez. Lo tenía en vibrador y en privado para que no nos molestase por el parpadeo en la pantalla. Mi madre me había llamado más temprano, mientras yo había estado esperando por Angie, y no estaba de humor para contestar. Una vez que se detuvo empezó de nuevo. Maldita sea.
Iba a tener que apagarlo o lidiar con ella. Angie tenía mi pene en sus manos, así que estaba pensando que apagarlo funcionaría mejor. Al mirar hacia abajo me di cuenta de un número de la ciudad a través de mi pantalla, parpadea. El código de área era familiar, pero no podía ubicarlo.
—¿Quién es? —Preguntó Angie.
—No estoy seguro, pero están determinados.
Angie dejó de tocarme. —Responde. Me portaré bien durante unos minutos.
Apreté respuesta. Tenía que deshacerme de ellos y tener a mi chica dentro. Pero antes de que pudiera saludar a mi madre, empezó a hablar y mi mundo fue arrancado debajo de mis pies.
Prepárense, el drama apenas está por comenzar.
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Nunca demasiado lejos
Fanfiction(Segunda parte de la adaptación Demasiado Lejos). Él guardaba un secreto que destrozó su mundo. Todo lo que ella sabía ya no era cierto. Angie no podía dejar de amarlo, pero sabía que nunca podría perdonarlo. Ahora estaba de vuelta en casa y aprend...