Capítulo 6

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Los ojos de Natt se iluminaron ante las palabras del muchacho. Le hacía mucha ilusión tener un nuevo amigo.

Para ella era una nueva experiencia que las personas la rechazaran. Siempre fue tan buena haciendo amigos, era simpática, divertida, amable, y muy buena amiga.

En su antigua ciudad tenía amigos, no eran muchos pero los tenía, eran los mejores y las personas de su antigua escuela siempre le agradaron y ella a ellos igual.

Nuca creyó que esto le pasaría aquí.

—Gracias—, sonrió.

El muchacho intentó corresponder su sonrisa.

—Pero de verdad me apena ésto. Así que, te invito a comer helados, ahorita. —propuso Ethan.

—Claro, pero ¿Hunter donde se quedará?—cuestionó preocupada.

—Podemos llevarlo con nosotros y de paso sale a caminar y distraerse. —solucionó.

—Buena idea.

Y salieron los chicos dirigiéndose al lugar de los helados.

Hunter parecía tan contento de salir, correteaba llevándose a Natt junto con él.

Pero había algo extraño en el ambiente, Natt últimamente sentía cosas realmente extrañas, cuando salía a la calle, se sentía vigilada, como si alguien todo el tiempo la estuviese viendo.

Notó que Ethan veía hacia todos lados, primero a la calle contraria a la que iba, después veía hacia atrás.

¿Podía ser posible que Ethan sentía lo que Natt  también?

Cuando llegaron, se sentaron en una mesa que estaba al final, exactamente en la esquina. Habían pocas personas en el lugar, una pareja en la mesa de adelante y un chico completamente sólo con un periódico, él estaba a unas mesas de donde estaba ellos.

Ethan pidió de vainilla y Natt de chocolate. Natt amaba el chocolate, bueno Natt amaba todo lo que fuera comida.

Estuvieron un largo rato ahí, conversando sobre trivialidades, sus temas de conversación iban cambiando y ellos no lo notaban, hasta que llegaron al tema del amor. Sus peores y mejores experiencias amorosas.

La peli negra comentó que ella sólo había tenido un novio en su vida. Ethan había tenido dos chicas, pero ninguna fue lo suficientemente especial como para que hablaran sobre eso. Ethan procedió a preguntarle sobre su relación con su ex novio a Natt.

—Se llamaba Mathew. Era un año mayor que yo, al principio era muy lindo, tierno, cariñoso. Después su lado oscuro se dio a notar. Quería que estuviera con él todos los días, le molestaba que tuviera amigos... Un día, llegó a mi casa lleno de ira porque no le había contestado tres llamadas, me insultó diciendo que tenía a alguien más, rompió algunas cosas de mi casa y nunca escuchó mis explicaciones, me asestó un golpe en la mejilla. Tal vez fue la velocidad con la que me golpeó, mi cerebro se movió y empezó a pensar, ¿qué hacía yo con ese tipo? Ese día lo eché de mi casa, no sin antes darle un golpe aún más fuerte que el suyo, lo bloqueé de todas mis redes sociales, le dije que no me buscara, pero aún así lo hizo, pero nunca me encontró de nuevo. Dos meses antes de que yo me mudara, él se fue a otra ciudad.

—Noo, que hijo de puta. —Hizo una pausa.— ¿Por qué hay hombres tan violentos?, Dios, creo que las mujeres deberían de tomar clases de defensa personal antes de casarse, debería ser un requisito—, comentó Ethan impresionado.

Natt rió ante lo que Ethan dijo.

Después sonrió y continuó abriéndose con él—Cuando me mudé acá, perdí mis viejos amigos, los primeros días me comunicaba con ellos, pero no había pasado ni una semana cuando dejaron de llamarme, de responder mis mensajes, me eliminaron de sus redes—, sonrió triste.

—Pues no cabe dudas que no eran amigos de verdad al hacer eso.

La chica solo asintió y no dijo nada, continuaron en silencio, pues ahora simplemente andaban vagando por el parque, caminando sin rumbo alguno porque no querían regresar a casa aún.

—¿Tú alguna vez has tenido buenos amigos? —le cuestionó la castaña y él suspiró.

—No, creo que no.

—¿Crees?

—He hecho amigos, pero no sé si buenos amigos —. Se encogió de hombros.

—Pues ahora me tienes a mí—, le dio una sonrisa sincera la chica y él le correspondió.

Pasaron minutos caminando en silencio, Hunter caminaba lento, parecía cansado.

Decidieron regresar a casa.

—¿Qué harás mañana?

—Despertar y quedarme una hora en mi cama para lamentar mi existencia, bañarme, comer, dedicarme a ver Netflix, pensar, pensar y pensar. —respondió aburrido.

La muchacha le dio una mueca sorprendida, y después pareció pensativa. —Yo haré lo mismo, excepto lamentar mi existencia—, rió levemente. —¿Y si vamos a algún lugar? —. Habló con emoción.

—¿Qué tienes en mente? —. Preguntó sin mirarla.

—El bosque—. Y ahí el sujeto a su lado se detuvo para mirarla.

—¿Por qué?

—He escuchado cosas no muy agradables de ese lugar, y me gustaría descubrir si son reales o no—. Explicó.

—Deberías controlar tu curiosidad. Natt, hablo en serio, Pero... —pensó —. Podríamos ir a explorar el tenebroso bosque del pueblo y ver que encontramos de interesante.

—¿En serio!? — Natt chilló sorprendida y empezó a dar gritos de felicidad—. No creí que aceptarías.

Ethan se tapó los oídos y su cara expresó fastidio.

—Deja de gritar, loca—. La reprendió.

Ethan era también muy curioso e intrépido, pero nunca lo demostraba. Él nunca demostraba lo que en realidad era, parecía un chico más, de índole amargada y aburrida, parecía que no le divertía nada, pero su personalidad muy a fondo era incluso lo contrario.

—Nos vemos mañana a medio día. Ahora me tengo que ir porque ya es un poco tarde, adiós—. Le dio un suave beso en la mejilla repentinamente y se fue casi dando saltitos.

Ethan negó sonriendo y se quedó un rato viendo como la chica se alejaba sin ver hacia atrás. Decidió que era mejor ir dentro de su casa, pero antes, empezó a caminar dirigiéndose donde se encontraba un auto estacionado.

Tenía curiosidad sobre ese misterioso auto, lo había visto muchas veces ahí, estacionado, pero no había tenido la oportunidad de ver al dueño de este.

¿Porqué lo dejaba ahí, siempre?

Recordó aquella noche en que vio a aquel misterioso sujeto ver la casa de Natt. Se preguntaba si se trataba de la misma persona. Y si ese fuese el caso, ¿Porqué?

Cuando llegó a estar cerca, muy cerca del auto.

Nadie, no había nadie en él. La decepción se hizo presente en el chico.

Se acercó más, hasta llegar a las ventanillas del auto, estaba completamente vacío.

Ethan se dio la vuelta y regresó por el mismo camino por donde había llegado.

Seguía creyendo que era muy sospechoso.

Pero no tenía ni idea de lo que pasaba.




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