11. gone

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Jamás había tenido esa sensación de vacío. Veo a mi alrededor a mamá llorando y abrazando a papá, frunzo el ceño sin saber muy bien el porqué lloran, me acerco a mamá.

—Mamá, ¿qué sucede?—pregunto pero ninguno parece escucharme.

—Mi Juan Pablo—llora mi madre desconsolada.

—Mamá, aquí estoy—digo pero sigue sin escucharme, ¿qué demonios pasa?, ¿qué hacemos en un hospital?

Unos pasos apresurados me hacen salir de mi trance y en eso veo a Rebecca. Mi Rebecca. Luce medio desaliñada y tiene los ojos llorosos. Me acerco y ella hace lo mismo, con la diferencia de que pareciera no verme y me ¿traspasa? Lo que me hace abrir los ojos y asustado medio comprendo lo que está sucediendo. Los recuerdos del accidente que sufrimos llegan a mi mente, todos y cada uno de ellos. Me pregunto internamente cómo están los demás y si estoy muriendo.

—¿Saben cómo están los demás?— escucho la dulce voz de Rebecca a mis espaldas.

—Todos fuera de peligro, Juan Pablo es quien se llevó la peor parte—musita mi papá. Entonces si estoy muriendo.

—¿Cree que pueda pasar a verlo?

—Por supuesto—dice mamá.

Sigo a Rebecca por los pasillos aunque ella no pueda verme. Nos detenemos en el área de cuidados intensivos. Al ver mi apariencia ahí en esa cama, me sorprendo. Hay en mi rostro un montón de moretones y una máquina me ayuda a respirar. 

Rebecca toma con cuidado una de mis manos y comienza a llorar otra vez. Aún inconsciente la estoy haciendo llorar. 

La máquina del pulso comienza a hacer sonidos raros, Bec se alerta de inmediato y toca despavorida el botón para llamar a los médicos. La rubia se ve obligada a salir en cuanto el personal entra con un montón de artilugios. Mis padres ruegan a Dios y a mí por quedarme, pero no sé cómo rayos se controla eso, no sé cómo quedarme.











Un poco de drama ahre

peace- j.p. villamil | parte 3 de cardiganDonde viven las historias. Descúbrelo ahora