₱ɌɆ₮₮¥ ₲ƗɌⱠ [Fᴀᴅɪᴇ]

𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐝𝐢𝐞𝐜𝐢𝐨𝐜𝐡𝐨

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el lujo de dislumbrarse.

Viernes por la mañana, ambas amigas se encontraban desparramadas por toda la cama, después de aquella noche tendrían muchas cosas para contar, esa habitación prácticamente estaba hecha un desastre, prendas de vestir esparcidas por cualquier parte, pinceles y pintura por el resto del suelo, incluyendo un gran dibujo en la pared que ambas habían creado. La primera en despertar fue Sabrina ya que ella si había puesto una alarma en su celular, apenas vió la hora que era se asustó levantándose de golpe, aunque a los pocos segundos volvió a acostarse.

──Mierda, carajo──susurró desperezandose, frotó sus ojos para poder ver mejor y desearía no haberlo hecho, era la segunda vez en su vida que le dolía tanto la cabeza.

──Buen díaaa──canturreó Sadie de lo más tranquila estirándose.

Brina la miró frunciendo el ceño──Si sabes que esto es un desastre ¿Verdad?

──Tu tranquila──se sentó en la cama despreocupada──No es tu habitación

──Pero..

──Ve, date una ducha aún hay tiempo──la empujó de la cama, como habitualmente lo hacía.

──¡Sadie! ¡Tienes que dejar de empujarme de la cama!

La pelirroja soltó una risa──Tus caídas alegran mí día──se levantó de la cama y le tiró su mochila blanca──Ve al baño, yo me encargo. Además debes quitarte el olor a marihuana──se burló elevando ambas cejas.

Sabrina le sacó la lengua mientras Sadie le hacía burlas con su cara, luego tomó su mochila y corrió al baño, a la vez que se duchaba, Sadie ordenaba el cuarto y cepillaba su cabello que estaba frío, ella se había bañado en la noche. Luego de que ambas estuvieran ya cambiadas y que el cuarto no pareciera sacado de una película de terror, tomaron una fruta del cesto y salieron corriendo a la escuela.

──¡No cierre!──gritó Brina a mitad del camino.

El portero sonrió y continúo dejando la puerta abierta.

──Buenos días Jorge──saludó animada Sadie mientras entraban──¿Limpiaste muchos vómitos ya?

──No tienes idea

Ambos rieron y luego de desearse un buen día, las chicas caminaron hacia diferentes salones, con el tiempo justo.

Sabrina tenía clase de arqueología, había tomado aquella clase por interés propio pero tener a Jaeden justo frente a sus narices la hacía desconcentrarse por completo, jamás se había imaginado en una situación así. Bueno.. tampoco había imaginado estar fumando hierba con dos chicas en el patio trasero de una mansión, pero eso era un claro ejemplo de que cualquier cosa podría pasar.