— tiene que ser una jodida broma—
El susurro que escapa de sus labios es acompañado por el baho que provoca el frío en aquella tarde de invierno.
Apenas él puede creer que su jefe le haga pasar por esto... Justo ahora.
Su reflejo en el cristal indica el de un hombre joven, aun con demasiada vida por vivir...pero él no se engañan sólo.
Esta cansado.
Y sólo.
O al menos eso piensa su hermano, sus padres, sus amigos, su cuñada, sus sobrinos, su jefe y una larga lista de personas que, según sus palabras, lo estiman mucho.
A sus casi 18 años, el hijo menor de los Do, dio a sus padres la magnífica noticia de que había elegido la psicología, como carrera.
A los 22 había terminado de estudiar dejando a sus padres orgullosos porque su único hijo omega había recibido un título que lo ayudaría a sobrevivir...
Hasta que su alfa llegará.
Tonta ideología.
Él no necesitaba un alfa... ¡Por dios!
Pero, ahora, el destino se estaba burlando de él por medio de su jefe.
Junmyeon, su adorable jefe omega, le había sugerido en forma de orden, que asistiera aún congreso que, según Google, era uno de los mejores en el tema que tanto estaba perturbandolo.
Amor.
Y él, solo había sonreido, se había dado la vuelta y regresado a su consultorio ignorando los múltiples mensajes de su jefe.
Claro, hasta que este le amenazó con despedirlo si no asistía.
Así que, estaba parado frente a la puerta del auditorio para entrar al maravilloso congreso.
El nombre estaba en una gran pancarta blanca con letra cursiva que ya le estaba haciendo doler los ojos.
"Psicología del amor: respuesta a las relaciones fallidas"
Mentira.
Sus pasos son amortiguados por la alfombra que recubre el piso de aquel lugar y en su maletin solo hay variedad de dulces que le ayuden a olvidarse la situación absurda en la esta metida.
No trae nada para apuntar, ni para grabar o siquiera dejar una nota sobre alguna frase importante.
En caso de emergencia tomará algunas fotos y grabará un par de audios para que Suho no le regañe, pero... Nada más.
No le interesa.
Su carrera es para atender problemas reales, no para intentar solucionar niñeras.
O al menos él lo cree así.
¿Ha tenido relaciones fallidas?
Claro, por supuesto que si, pero... Las tienen todos ¿no?
Un suspiro vuelve a escapar de sus labios y toma asiento en una de las últimas filas, prefiere no darse a notar y de paso, tener una buena ruta de escape en caso de que esto se ponga aún más ridículo de lo que ya parece.
Odia esto.
Odia un poco también que su vida amorosa se viera divulgada por uno de sus ex's.
