-Hola, mi nombre es Marianna y escribo estas líneas para que quede constancia de las cosas que viví y por si le puede llegar a interesar a alguien más.
Nací y crecí en un pueblo muy humilde donde se ganaba la vida a través de la siembra, cría de animales, recolección entre otros trabajos de campo, mi vida era muy feliz y tranquila, me dedicaba solo a estudiar y ayudar a mamá con los quehaceres del hogar.
Pero de la nada comenzamos a pasar por una fuerte crisis, los clientes dejaron de concretar las compras de los ovejos, varios de nuestros animales comenzaban a morir de la noche a la mañana en extrañas circunstancias lo que produjo una caída muy notoria en nuestro estilo de vida, y cuando se perdió la cosecha por tercera vez, supe que debía buscar alguna otra forma de ayudar a mi familia.
Al cumplir los 20 años mis padres decidieron darme como regalo un dinero que ellos habían estado guardando a mis espaldas y ya que yo les había hablado que mi sueño era ir a la ciudad a buscar un buen empleo y ayudarlos desde allí decidieron que era el momento ideal de darme esa pequeña ayuda.
Entré a mi cuarto y comencé a hacer mis maletas para comenzar mi viaje tan esperado, cuando siento un pequeño abrazo en mis piernas, era mi hermanita menor Doricel que con lágrimas en sus ojos me dijo:
- ¿Nana, es verdad que te irás?, ¿Me dejarás aquí solita, me abandonarás?-
Me agaché para estar a su altura, la tomé por su rostro pequeño y sequé sus lágrimas con mis pulgares.
-Tranquila Dory volveré pronto, iré a la ciudad y te traeré un recuerdo de allí vale? Por ahora quiero que me hagas un favor, portate bien y ayuda a mamá en lo que puedas, se buena niña-
Ella sonrío
- ¿Me lo prometes nana? ¿Con el dedito? -
Alzó su meñique para que hiciéramos nuestra muestra de promesa, así que alcé mi meñique y abracé el de ella.
- Prometido por el dedito -
Ella sonrió y salió del cuarto corriendo, terminé de hacer las maletas, dos de hecho, una maleta a ruedas y una en mi espalda; caminé hasta la puerta de mi cuarto me dí media vuelta y me quedé por unos instantes allí viendo mi cuarto, mis cosas, no sabía cuánto tiempo pasaría antes de volver aquí y poder ver mis cosas otra vez, quizás cuando regrese nada esté donde están ahora, sé que Dory querrá venir aquí y me alegraría mucho que tomara mi cuarto.
Salí y en la entrada de mi casa estaban mis padres de pié esperándome, abracé a mamá y le di un beso a mi papá, ya todo estaba hablado y decidido, comencé a caminar mientras escuchaba el llanto de mi madre a mis espaldas, imaginaba como mi papá estaría abrazándola en ese momento mientras me alejaba por el camino hacia la carretera, la parada de autobuses queda algo retirada así que tomé un carrito y me fuí.
Después de un par de horas llegue a un lugar que los pueblerinos llamamos "La terminal" es un sitio muy concurrido donde vienen y van los buses dentro y fuera del pueblo, fuí hasta la taquilla y pregunté cuándo salía el próximo bus hacia la ciudad; para mí desgracia por ese día no salían más buses, yo me asusté mucho pues, no podía pasar la noche en la terminal y volver sería perder tiempo.
Me senté en un banco a pensar que haría, ya tenía mis maletas, tenía el dinero y estaba en la terminal, que frustrante era no poder salir de allí, en eso se me acerca un señor moreno algo pasado de peso, tenía una camisa manga larga blanca y unos pantalones de vestir azul marino, es el uniforme típico de los que trabajan en las líneas de buses, venía hacia mí con un paso acelerado, su rostro estaba mojado de sudor y su carnet bailaba sobre su notable panza.
ESTÁS LEYENDO
El extraño diario de Marianna (Completa ✔️)
HorrorMarianna es una joven que nació en un pequeño campo, al cumplir los 20 años decide irse a trabajar a la ciudad y poder ayudar así a su familia aunque termina por entrar en un pueblo con una cultura un poco extraña, así que decide probar su suerte al...