Esa clase de amor {Oneshoot}

Esa clase de amor

"You love each other -anyone can see that, looking at you- that kind of love that can burn down the world or raise it up on the glory"

Amaba mirarla. Podía pasarse el día entero mirandola y apreciando su belleza. Algunas veces se preguntaba si todo eso no era un sueño. Si era posible que una chica como ella pudiera llegar a realmente amar a alguien como él, con todos sus demonios y sus problemas. Pero luego al mirarla, con aquellas pecas que parecían multiplicarse a la luz de la luna, se daba cuenta que no le importaba si no le amaba. El tenía suficientemente amor para los dos. Para aquel amor que podía consumir el mundo y dejarlo hecho polvo, aquel amor que era lo único que le permitía seguir.

No recordaba un tiempo en el que no la hubiera amado, y a veces incluso dolía amarla tanto. Su pequeño cuerpo parecía tan frágil que el sentía que no debía moverse para no romperla. Pero sabía que en realidad no era así. Jace se dió cuenta con el paso del tiempo que Clary era muchísimo más fuerte de lo que aparentaba su cuerpo, muchísimo más fuerte que cualquiera de ellos. Y no se iba a permitir destruirla. Porque destruirla significaría lastimarla a ella, y Jace nunca se lo permitiría. La amaba más de lo que a veces decía, más de lo que pudiera expresarse con palabras.

Su cabello rojizo brillaba con la luz que entraba de la ventana, y ella dormía tan pacificamente que odiaría despertarla. Aunque al despertarla podría ver sus hermosos ojos color verde esmeralda, los cuales brillaban con tanta potencia, tanta energía. Y brillaban cuando ella lo miraba, y el amaba ese brillo. Amaba escuchar su profunda respiración y ver como su pequeño cuerpo encajaba perfectamente con el de él, y como no quería soltarla nunca. Y no iba a hacerlo.

Clary se removió en la cama y abrió un poco los ojos, y al verlo ahí a Jace, esbozo una pequeña sonrisa, de esas que Jace amaba. Que le agradecían que el este allí con ella, abrazandola. Con esa mirada que le decía que lo amaba. Le dio un pequeño beso en las comisuras de la boca, practicamente un roce, y siguió durmiendo. Con aquella tranquilidad que a Jace lo tranquilizaba, lo consumía y lo invitaba a sumarse al sueño.