❦︎ ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 49 ❦︎

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49. Traidores a la fuga.

Marzo 2018

—No pienso quedarme otra vez a esperar en el auto –discutió Alexei hacia Adalyn.

Estaban los tres muchachos en el auto de Ashton aparcado a una calle del Centro de Seguridad. Eran las diez y media de la mañana, la visita guiada a estudiantes de preparatoria estaba a punto de empezar y no tenían tiempo para esa discusión. Además, no había forma de que le dejaran otra vez atrás. Él iría, entraría a como diera lugar.

—Alexei, estás herido –alegó ella— y alguien tiene que quedarse en el auto en caso de que tengamos que salir corriendo. 

—Puede quedarse Ashton o puedes quedarte tú –le dijo.

—Por favor, sé razonable, incluso lo más lógico sería que solo uno de nosotros fuera…

—No –se rehusó y sabiendo que no tenían mucho tiempo, se bajó del auto. 

Ashton lo siguió y a Adalyn no le quedó más remedio. La chica lo fue reprendiendo en voz baja durante todo el camino hasta el Centro de Seguridad. Según lo acordado con el señor Jennings los tres muchachos se unieron al grupo de estudiantes de preparatoria sin llamar la atención. Frente al grupo había una profesora que ninguno de los tres reconoció, pero prefirieron no mirarla mucho por si acaso. A las once en punto Paul Jennings salió a recibir a los estudiantes acompañado de una mujer vestida de blanco. Él representaba a los investigadores del lugar y ella al resto de los Signos de Seguridad.

Paul les dedicó una mirada a los tres muchachos al fondo del grupo, pero fue solo un instante antes de invitar a todos a entrar. A cada uno la mujer vestida de blanco le dio un pase para colgarse del cuello. Ellos se lo pusieron sin preguntar y siguieron al grupo encabezado por Paul Jennings que iba narrando y explicando datos curiosos sobre el edifico y el trabajo que allí tenía lugar. Cuando estuvieron en el centro del vestíbulo explicó que la visita de hoy se centraría en la Torre.

—Usaremos solo un elevador, por lo que tendremos que dividirnos en grupos para subir –dijo la mujer vestida de blanco—. Paul llevará a los primeros y esperará allí a los demás. 

El padre de Joshua compartió una mirada con los tres muchachos que habían quedado de pie no muy lejos del hombre. Cuando el elevador se abrió Paul retuvo la puerta e invitó a pasar a los primeros ocho, entre los cuales Adalyn, Ashton y Alexei se colaron. Ashton contó en un susurro mientras Paul explicaba para los estudiantes el sistema de distribución de la Torre entre oficinas, salones de reuniones, laboratorios, salas de computadoras y servidores. 

Todo fue tal y cómo lo habían planeado hasta entonces. Cuando llegaron al piso trece, Paul retuvo la puerta mientras los estudiantes salían. Tuvieron la suerte de que en ese instante alguien decidiera bajarse del elevador a la derecha del suyo. Lanzando una mirada a los chicos, Paul guio al grupo hacia los pasillos que iba a los laboratorios y ellos tres se separaron con prisas y se escurrieron entre las puertas del otro elevador. Una vez dentro Adalyn dejó salir el aliento y se sostuvo de la barra de metal, temblorosa.

Alexei hizo ademán de sacarse el pase, pero Ashton lo detuvo.

—Si alguien nos detiene diremos que nos perdimos –murmuró.

 Subieron hasta el piso cuarenta y dos con el Leo contando entre dientes, Adalyn jugando con su cabello y Alexei tan quiero que podría habérsele confundido con una estatua. Cuando las puertas abrieron Ashton se apresuró a salir y los otros dos le siguieron con prisa similar. Pasaron rápidamente por el pasillo de luces frías y paredes vacías. Los últimos cinco pisos de la Torre, estaban destinados a oficinas en su mayor parte, para personal de alto rango, como el padre de Ashton.

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