SELDOM

Capítulo 1

Los dedos caen sobre el escritorio en un movimiento repetitivo que lo aturde. Sus ojos buscan la cara del responsable mientras su entrecejo se frunce por la desesperación. La paciencia es una virtud que no posee, y el hombre frente a él desconoce que su tic está destrozando sus nervios.

── Deja de hacer eso Blaise ── Gruñe dándole un manotazo logrando un quejido por parte del moreno que lo mira en desaprobación recostàndose en el espaldar de la silla echándo la cabeza hacía atrás en el proceso y murmurando improperios en contra de Draco. ── Cállate. ── Demanda con autoridad.

── No puedo. ── Se queja en respuesta mirando con fijeza al hombre frente a él. ── Estás fechas me ponen inquieto, es como si esperará que en cualquier momento todo fuese a ocurrir de nuevo. No puedo controlarlo. ── Cierra los ojos ante su confusión dejándose arrastrar por los recuerdos.

Los músculos de Draco, se contraen con fuerza. Aprieta la mandíbula en un intento de apaciguar la desesperación que se avivó nada más de escucharlo. Sus pupilas se dilataron con rapidez. Aprovecha el estado de su amigo para inhalar y exhalar antes de perder el control.

── Se cumplirán diez años. Casi una década y aún así no puedo olvidar o dejar de reprocharme que no pude salvar a Vicent. ── Es amargura lo que brota de la boca del moreno ──. Todo va bien conmigo hasta que llegamos a estás fechas. Al aniversario de su muerte y es como si el tiempo no hubiese avanzando y yo siguiera en la sala de menesteres pidiendo ayuda por todos. ── El sinsabor en cada una de sus palabras logra poner en jaque a Draco. ── Es una cicatriz en el alma que siempre me acompañará. ── Instintivamente los ojos del rubio viajan a sus propias manos, esas que se envuelven en un cuero negro tratando de ocultar las marcas de aquel incendio. Blaise, imita su acto antes de maldecir en voz alta su analogía. ── Lo siento. Yo no quise...

── ¿Solo te pasa en estás fechas ? ── Interrumpe con un cuestionamiento ganando una afirmación. ── ¿Logras dormír? ── La pregunta quema sus labios y Blaise hace un mueca antes de responder.

── Con algunas infusiones lo consigo. Mi madre ha insistido en que debo buscar ayuda profesional. No estoy loco. ── Argumenta ──. Solo pasa en estás fechas. Unos cuantos días antes de su aniversario y luego desaparece hasta el año siguiente.

Los ojos de Draco, se cierran por inercia. El cansancio en su cuerpo es abrumador y las palabras de Blaise, hacen verse así mismo en aquella situación. Exepto que lo de su amigo son unos pocos días al año, sin embargo lo suyo es de forma repetitiva, constante. Todos los días de su vida después que salió de San Muggo, por los últimos diez años.

Son tan pocos los días que logra cerrar los ojos en un trance de sueño por más de algunas horas antes que la onírica lo embargue con la misma pesadilla.

Su aspecto sigue siendo pulcro a excepción de las bolsas  negras debajo de sus ojos, casi imperceptibles a lo lejos, y apreciables a unos cuantos pasos de distancia.

Su vista divaga en los alrededores de la oficina principal de la empresa que ahora controla por designación  de su padre. Dejo salir un resoplido cansino.

── Quizás necesites ayuda profesional ── Es conciente que su oración es dirigida para sí mismo más que para Blaise. Lo ve negar ante lo escuchado.

── No estoy loco ── Le reintegra con la voz turbia por sus propios sentimientos.

Draco, masajea su mano izquierda encima del cuero que cubre su aspecto tétrico. ── No estoy diciendo que estés loco. Solo que necesitas dejarlo ir, no puedes pasar tu vida así. ── Cierra los ojos y la saliva perece de sus boca al repetir las palabras de su madre.

Se da cuenta de lo mal que está, porque le preocupa Blaise, verlo tan aturdido, conciliando el sueño mediante pociones. Cuando él ni siquiera ha dormido una noche completa durante mucho tiempo.

Se ha negado muchos años buscar ayuda aún cuando su madre lo ha pedido en innumerables ocasiones. No ha tenido una vida después de ese día. No ha conseguido mantener a su lado una relación. No tiene la confianza suficiente para dejar que una mujer duerma a sus lado toda una noche sabiendo los episodios por los que atraviesa.

── ¿Irías conmigo? ── La pregunta de Blaise, lo aturde con fuerza y de nuevo sus inseguridades lo embargan. ── Le diré a mi madre que se encargue de todo. Tú mejor que nadie sabes lo que pasó esa noche. Serías de mucho apoyo.

── Blaise ── Lo duda. Claramente lo duda. Aunque su relación de amistad con Blaise es lo único sólido que ha logrado manto en tiempo. Su mente viaja años atrás y se ve así mismo llegar al sepelio de Grabbe, avanzando con aturdimiento hasta la urna sin creer aún lo que pasa en su alrededor, hasta que lo ve.

Ve a Zabini abrazando a la madre de Vicent, pidiéndole perdón por no poder hacer nada. Inevitablemente las lágrimas se deslizan con rapidez y sin pensarlo mucho él también se les une. Aquella fue la única vez que se permitió así mismo ser débil ante las personas.

── Me estás diciendo que de pronto necesite la ayuda. Tal vez lo haga. Si accedes a acompañarme. ── Vuelve a insistir tratando de doblegar al hombre frente a él.

── Yo... ── Su oración se queda suspendida, su aliento se corta e indiscutiblemente retiene todo eso que estuvo a punto de decirle; Yo temo estar loco. Yo tengo miedo de terminar internado, sedado, y con camisa de fuerza. Yo tengo miedo de que se rían de mí y piensen que soy débil. Yo...

── Tú Draco, puedes necesitarlo. Quizás a ti también te ayuden. Lo cadencioso  de su oración logra que él termine cediendo. Aceptando acibarado por deber mostrarse endeble ante una persona que conocerá sus puntos más débiles y lo jodido que está. Lo podrido de su alma, la cobardía que no lo dejaba terminar con el sufrimiento, a quienes otros denominaban como vida.