prólogo:que le ocurre a naruto

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aaaaaaaaaaa- personaje hablando

-aaaaaaaaaaa- personaje pensando

aaaaaaaaaaa- ser sobrenatural hablando

aaaaaaaaaaa- ser sobrenatural pensando

RENUNCIA DE DERECHOS: ¿en serio os imagináis a kishimoto escribiendo un Lemmon? Acabarían todos rogándole sexo a Sasuke mientras el uchiha hace su hmpf característico… no, ni el mundo de Naruto me pertenece, ni mis historias le pertenecen a kishimoto. Dos mundos separados, y yo cuál parásito usando una buena idea para lanzar las mías, nada más. Aunque también es cierto que yo le hago publicidad con estas cosas…

Rodeados de vegetación exhuberante, cerca de una pequeña laguna cercada por la madre selva, se producía una reunión vital para el mundo, aunque uno de los dos afectados no lo supiese. Por un lado, un hombre joven, de no más de dieciocho años, de pelo blanco y largo, camisa de malla metálica y pantalones holgados beige y rojos, con algunas pinturas de guerra rojas en sus párpados y pómulos. Jiraiya, quién en un futuro será conocido como el sennin de los sapos, Ero sennin para su alumno más talentoso y díscolo. Y por otro, Gamamaru, el anciano y milenario sapo, un batracio de varios metros de altura, con su piel de color marrón apagado y el vientre en color crema. El milenario sapo se encontraba dormitando, preparándose para la visión que sabía que estaba a punto de recibir. Gamamaru era famoso por dos aspectos: sus siestas de semanas, y sus poderes proféticos. Profetizó la llegada de Kaguya ototsuki, predijo su batalla contra su hijo hagoromo, incluso intentó advertir al sabio de los seis caminos de la futura traición de su hijo mayor, Indra Ototsuki, en un futuro conocido como Indra Uchiha. Su poder era invaluable, y no era de extrañar que, en cuanto se avecinaba una de sus profecías, se moviese cielo y tierra para ponerle en contacto con quién pudiese aprovecharse de ella para hacer el bien. Y en este caso esa persona era Jiraiya, un disperso aprendiz de Sennin, que contemplaba al batracio con hastío.

-Gamamaru chan… ¿falta mucho?

-Paciencia, joven aprendiz, dulce talento es la paciencia…- contestó el sapo con los ojos cerrados y una expresión serena. Cualquiera obedecería al grandioso sapo, que desprendía sabiduría por cada poro, y desde luego trataría a esa eminencia con más respeto, pero cualquiera no era jiraiya…

-Es que no tengo todo el día… hoy inauguran las aguas termales de konoha, y Tsuna tiene pensado ir…- reconoció el peliblanco, asomando un fino hilillo de sangre por su nariz al imaginarse que su plan de espionaje surtiese efecto. Si, jiraiya el sannin fue pervertido antes que sannin, un talento así solo puede ser innato. Estaba por seguir insistiendo, cuando el anciano batracio abrió los ojos con fuerza, asediado por esa importante profecía que llevaba esperando a decir toda su vida.

-Jiraiya chan… tu existencia marca un momento clave en la historia del mundo. Está escrito en las estrellas que cumplirás un deber vital en el devenir de los acontecimientos: tu carácter inquieto te llevará por todo el continente, conocerás a cientos de personas… no encontrarás el amor, por desgracia…- Jiraiya apretó los labios, frustrado, prometiendisecavsi mismo callarle la boca a ese viejo cuando le presentase a Tsunade Senju como su novia.- …pero si encontraras una familia que te acepte tal y como eres. Y, dentro de esa familia, encontrarás a un alumno especial. Un alumno que requerirá cada ápice de tu sabiduría, y de tu paciencia… la horma de tu zapato, si me permites decirlo…- explicó Gamamaru, recriminando veladamente lo excéntrico de su joven aprendiz.

-¿Y quién será, Gamamaru chan?- por supuesto, jiraiya no captó esa indirecta…

-No veo su nombre… solo veo un ingrediente de un plato de ramen…- confesó el batracio, arqueando una ceja jiraiya… ¿iba a enseñar el arte ninja a unos fideos?- pero escúchame bien, ese aprendiz perderá pronto a sus padres, como te ocurrió a ti. Y, al igual que tú, debe de aprender a volar solo antes de que le enseñes.- Jiraiya frunció el ceño, entendiendo lo que le estaba pidiendo el sabio sapo. Abandonar a un niño a la orfandad, un camino solitario y difícil… un camino que no le deseaba a nadie un huérfano como él…- No debes de acompañarle en su difícil camino, su triste infancia moldeará su carácter, y le hará capaz de cumplir con su destino manifiesto, un destino brillante…

eres mía naruinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora