Cap11: Caos ex maquina.

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- aaaaaaaaaaaaapersonaje hablando

-aaaaaaaaaaa- personaje pensando

- aaaaaaaaaaa- ser sobrenatural hablando

- aaaaaaaaaaa- ser sobrenatural pensando

RENUNCIA DE DERECHOS: ¿en serio os imagináis a kishimoto escribiendo un Lemmon? Acabarían todos rogándole sexo a Sasuke mientras el uchiha hace su hmpf característico... no, ni el mundo de Naruto me pertenece, ni mis historias le pertenecen a kishimoto. Dos mundos separados, y yo cuál parásito usando una buena idea para lanzar las mías, nada más. Aunque también es cierto que yo le hago publicidad con estas cosas...

-¡Pueblo de konoha!- se oyó resonando en la abarrotada plaza de los barrios bajos de konoha.

Una plaza normalmente llena de comercios de mala muerte, prostitución, basura... y que hoy estaba llena de escombros, inundada por el hedor a muerte, con solo un par de ruinosos edificios en pie entre tanto desastre. Pero, aún así, llena de civiles. Todos andrajosos, manchados de polvo y sangre, agotados de buscar a sus seres queridos entre los restos de sus hogares. Y, en lo alto de un púlpito improvisado con maderas y rocas, un hombre de pelo castaño y barba descuidada con algunas calvas, hablaba para el público, con una niña pequeña de pelo negro vestida con harapos a su lado. Normalmente nadie habría reparado en ese hombre, en los barrios pobres de konoha se vivía el día a día, a nadie le interesaba lo que tuviese que gritar un loco más en esa jaula de grillos. Pero ese día no era normal, era el primer día después del combate entre su héroe y el shinobi más odiado de la hoja. Hoy todos contaban con tiempo para atender. Hoy necesitaban información, necesitaban respuestas. Y estaban a un simple empujón de estallar imaginándose lo que significaba la situación actual, de ahí que un grupo de anbu estuviese observando todo desde la distancia, en tensión.

-¡Pueblo de konoha! ¡Escuchadme! ¿Qué estáis haciendo? O mejor dicho... ¿Por qué? ¿Por qué estáis recogiendo vosotros los escombros de lo que una vez fue vuestro hogar, cuando la culpa de todo esto no fue nuestra? ¿Por qué estamos rebuscando entre los restos de nuestras casas a nuestros seres queridos? ¿QUIÉN ES EL CULPABLE?- gritó, y todos los allí presentes apretaron los dientes, furiosos. Sabían la respuesta, joder que si lo sabían... todos los allí presentes lo habían visto.- Os han hundido en la mierda, os lo han quitado todo, vuestros hogares, vuestras vidas... y adivinar quién está pagando por ello... oír a esta niña, oír su testimonio y decidme quién es el culpable...- El hombre se giró hacia la niña, incluso agachándose para estar a su altura. La niña parecía dubitativa, temerosa, pero el orador sabía cómo ayudarla.- No tengas miedo pequeña... él te necesita ahora...

-...- la pequeña dudó unos segundos, para después apretar los puños y hablar, primero trémulamente, luego de forma más segura, mostrando una valentía que de inmediato encandiló al público.- Yo... yo vivía en la casa de allí...- la joven señaló unas ruinas a un lado de la plaza.- Mi casa se... se derrumbó cuando ese monstruo con alas apareció... tou chan y kaa chan no podían salir, no podíamos...- sus ojos se humedecieron mientras todos los allí presentes contenían el aliento, absorbidos por la historia... básicamente, todos podían ponerse en su pellejo de mejor o peor forma... todos estuvieron el día anterior huyendo por sus vidas.- Pero entonces, apareció Naruto... Naruto nii entró en mi casa, y me salvó, a mí y a mi kaa chan...- la niña miro a una mujer de pelo negro, que lloraba y asentía, orgullosa de su hija.- Luego entró a por tou chan, pero... pero ese monstruo morado destrozó el edificio con un trueno... con tou chan dentro... yo... yo echo de menos a mi tou chan...- lloró desconsoladamente la niña, saliendo su madre desde dentro del gentío para consolarla. Todos los allí presentes miraron la escena con rabia, empatizando con esa familia destruida. Y con miles como ella. Todos habían perdido a alguien, todos estaban igual... y todo por culpa de una persona.

eres mía naruinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora