The Forest

Sin Ellos ¿Qué sentido tiene para seguir viviendo?

Esta es la pequeña y misteriosa historia de un grupo de chicos que desaparecieron tras seguir a una criatura mitológica en el bosque.

Ciertamente los policías no saben el porqué y dónde fueron.

Todo es una mera hipótesis.

El líder del grupo se llamaba Matías.

Tenía dieciséis años y era el bravucón de su escuela junto con su grupo.

Vivía con su padre, pero a este no le importaba él, ya que era el vivo recuerdo de que su esposa que lo abandonó.

A Matías no le importaba estudiar o hacer sus deberes. Solo le importaba hacer bullying a los más débiles junto con sus amigos.

Cuando un profesor* o director* lo expulsaba o intentaba hablar con él de la razón por la que lo hacía, no respondía.

Para él su vida era un infierno.

Pensaba que al decirlo no les importaría. No tenía amor, cariño, ni confianza en sí mismo.

Siempre preparaba su comida o iba a algún lugar con sus amigos para comer. Dormía en su casa o en las casas de su grupo de amigos y se compraba ropa.

En cierta ocasión salió del cine después de ver una película llamada "Tras la sombra".

Era de noche e iba caminando con su grupo de amigos hacia su casa.

En el camino los chicos hablaban de estupideces y cualquier otra cosa que a Matías no le interesaba, pero de repente uno de sus amigos dijo:

–Ríe– ¡Fuiste un idiota por haber hecho eso!

–Ríe– ¿Tiene razón Julián o no Santiago?

–Ríe– ¡Sí Lucas! ¡Fuiste un completo idiota!

–¡Ya basta chicos! Lo admito. ¡Fui un idiota por haber hecho esa broma a Lara!

–Vale vale, ya páramos –se saca las lágrimas–. Tomas, ahora sí podes seguir contándonos lo que te pasó.

–Bueno, como decía, después de lo que pasó tuve que regresar a mi casa, pero en la mitad vieron que siempre usamos nuestro... O sea el bosque.

–Sí Tomas, ya sabemos que nuestro atajo es el bosque

–Bueno Lucas –susurra– agh, amargado –dice molesto.

–¡¿Qué dijiste idiota?! –dice enfadado.

–N-nada Lucas –ríe nervioso.

–Prosigue –ordena molesto.

–Bien, decía que en la mitad del camino vi una figura o una sombra que andaba merodeando...

Matías al escuchar eso decidió escuchar lo que decía Tomas. Él también había visto hace dos semanas a una figura en el bosque cuando se dirigía hacia su casa.

–Así que me escondí en un árbol y miré hacia donde estaba esa criatura para ver si así se iba del lugar.

Cuando se estaba yendo no aguanté la curiosidad de ver donde iba, así que lo seguí a escondidas –lo interrumpen.

–Tomas, ¿sabes lo que dicen? Que la curiosidad mato al gato.

–Sí, lo sé Matías, pero me conoces bien como para saber que siempre tengo curiosidad de todo.

Como decía, lo seguí hasta llegar hacia una casa abandonada en el medio del bosque, pero en un momento la criatura se volteó y cuando me vio fue corriendo directo hacia mí, grité y corrí por mi vida. Cuando llegué donde estaba mi casa, me di vuelta y la criatura desapareció desde esa noche no pude dormir.