Respiró profundamente, feliz de estar en los brazos de Zee, de sentir el placer de esos dulces besos.
Cuando tocaron a la puerta saltó del susto. —Amo Zee, ¿señor? La cena está lista.
—Haz que la traigan aquí, con algo de ponche caliente de vino y especias. He tomado un compañero de vida. —Saint sonrió con orgullo al escuchar la forma en la que Zee lo había llamado, "compañero de vida".
—¡Oh, Amo Zee! ¿El pequeño chico que trajo con usted? Oh, pero que gran día es hoy. —La voz de Alía era feliz, alegre.
—Sí, tenemos que informarle a su familia mañana e ir a por las cosas que harán de esta casa su hogar.
—Oh, será maravilloso tenerlo aquí, Amo Zee. No lo había visto sonreír tanto como lo he visto hacerlo hoy cuando regresó a casa.
—Está sentado justo aquí, —dijo Saint gentilmente, acostumbrado a que la gente hablara de él como si él no se encontrase en la habitación. Lo cual encontraba bastante gracioso... ya que se supone que él era el que no podía ver; aunque asumió que eso era lo que lo hacía invisible.
—¿No me digas? ¿Estás seguro? —La voz de Zee estaba llena de risa, sus dedos haciéndole cosquillas a Saint en las costillas. Rió, tratando de esquivarlo, su miembro endureciéndose nuevamente mientras se alejaba del cuerpo de Zee.
Alía rió. —Oh, ese es un sonido que creímos que habíamos perdido. Bienvenido Amo Saint, es un placer tenerlo en casa.
Las cosquillas de Zee se detuvieron, y dejó escapar un suspiro suave y feliz.
Se acercó a Zee, frotándose contra la cálida piel. —Casa. Me gusta el sonido, Zee.
—Sí, bienvenido a casa. —Había mucha paz en la voz de Zee.
—Gracias —murmuró envolviendo sus brazos alrededor de la cintura de Zee para poder abrazarlo fuertemente.
Se pudo escuchar el sonido de platos, los olores eran deliciosos y tentadores. —Tendrás que decirnos tus comidas favoritas para poder hacerte feliz. —Dijo Zee.
—Ya soy feliz, —Saint respondió, besando la piel que pudo encontrar—. Amo las cosas con especias interesantes y aromas.
Algo frío y salado fue presionado contra sus labios. —Hongos.
Abrió la boca, tomando el delicioso hongo y lamiendo los jugos de los dedos de Zee. Oh, podía aprender a disfrutar el ser alimentado.
—¿Cómo puedo hacer esto más fácil para ti? ¿Debería decirte que son los platillos?
—Por favor. Entre otras cosas, prefiero comer de mi propio plato. Puedes decirme donde se encuentran las cosas, hongos al norte, ensalada al sur, carne al oeste, algo así. Pero cuando estemos juntos puedes alimentarme. Sabe delicioso de tus dedos.
—Sí, eso funcionará. Hay enrollados, hongos, rebanadas de tomate y estofado de pollo en vino.
—Oh, me gustan los tomates... saben brillante.
—¿En serio? Abre. —Zee lamió su labio inferior antes de darle una rebanada de tomate.
—Mmm. —Oh sabía tan bien, el sabor explotando en su boca.
Luego lo tragó, lamió su labio donde Zee lo había hecho antes, buscando el sabor de su pareja.
La boca de Zee cubrió la suya, la lengua penetrándole y saboreándole. Gimió suavemente, sus manos levantándose para poder enredarse en la cabellera de Zee. Succionó tímidamente la lengua de Zee. Zee ronroneó, sus manos atrayéndolo hacia su cuerpo.
—¿Acaso no tienes hambre? —preguntó, uniendo su cuerpo al de Zee.
—Estoy muriendo del hambre. —Zee se frotó contra él, sonriendo.
Sonrió en respuesta, sus brazos envolviendo el cuello de Zee.
—Entonces come.
Comida fue compartida entre ellos, lenguas deslizándose y saboreando. Nunca había tenido una cena tan deliciosa, jamás había comido tan bien.
—Me volveré alguien gordo y perezoso. —Murmuró.
—Te mantendré esbelto.
Rio, adorando el sonido de la palabra en la voz de Zee.
Zee rió, su nariz haciéndole cosquillas en la mandíbula. —Es... es... es... esbelto.
Rió y rió, su estómago lleno y su corazón feliz.
Esto era tan bueno. Esperaba que sus padres lo vieran de esa forma y no se opusieran a la unión.
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Este capítulo creo que me quedo un poco corto, pero me gusta pensar como Saint y Zee comparten su comida.
Si llegamos a mas de 10 votos subo otro capítulo mañana :)
Gracias por todos sus votos y comentarios, me alegran los días!
Nos leemos ;)
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VOZ DE ÁNGEL
FantasyEn un mundo donde la belleza es sobrevalorada, Saint está ciego. Sus padres lo han protegido del mundo, pero su desesperación lo agobia al pensar que será de él por ser tan inútil, por estar roto. En esos momentos aparece Zee, un espía que fue atrap...