ONE SHOTS || HARRY POTTER

𝘎𝘦𝘰𝘳𝘨𝘦 𝘞𝘦𝘢𝘴𝘭𝘦𝘺

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THAT MELODY

— ¿Listo Fred?

— Listo George. ¿Lista Regs?

— Lista. A la cuenta de uno.. dos.. ¡tres!

Los gemelos tiraron los explosivos a los pasillos, mientras ella se encargaba de hacer temblar directamente el suelo de el despacho de la directora Umbridge. Lo hizo varias veces, hasta que pudo escuchar muy bien el golpe de la puerta de donde debía estar Harry, en algún castigo o interrogatorio.

Regina se apresuró a destapar unos frascos, que desataron varias chispas de colores. Ambos weasley abrieron las puertas de la habitación escondida, para que los dragones, compuestos de chispas verdes y doradas, salieran con libertad y provocaran caos. En cuestión de minutos, ya habían utilizado casi todo el material, en un día.

— Los cohetes fueron una gran idea, Miller.

— Gracias, Gracias—. La morena dio unas cuantas reverencias, con una sonrisa divertida en sus labios. Habían planeado ese día durante semanas. Hogwarts necesitaba.. bueno, Umbridge necesitaba una dosis de los mejores bromistas de su generación.

Contenían su risa como podían. Escuchaban los intentos de la sapo rosa por destruir los fuegos artificiales y las exclamaciones de Filch cuando los petardos lo perseguían por el colegio y las marionetas de las girándulas que explotaban donde fuera que iban. Cuando el crujir de la puerta mostró a Harry Potter frente a ellos, la Hufflepuff limpió las lagrimas de sus ojos. Todo era tan gracioso..

— Impresionante— admitió Harry en voz baja, sonriendo—, Verdaderamente impresionante. El Dr. Filibuster tendrá que cerrar su negocio, seguro..

— Oh no, no nos mires a nosotros— Harry confundido, observó a la chica.

— Lo siento, debí presentarme antes. Soy Regina Williams, Hufflepuff.

— Oh.. ¿Tu eres la que toca el violín?

La tejona asintió, algo avergonzada. Al anochecer, acostumbraba a tocar su instrumento en la torre de astronomía. La profesora y Flitwick no tenían ningún problema. Al contrario. Aplaudían y veían por detrás de ella todo el espectáculo. Terminaban con lágrimas en los ojos.

— Que lastima que ya este sea tu último año. Gryffindor está completamente enamorado de tus composiciones.

Sus mejillas se ruborizaron por completo, destacando sus ojos azul cielo. George carraspeó a su lado, a lo que Fred empujó poco a poco al Potter a la salida.

— Bueno querido amigo, nos debes dejar solos. A menos que quieras que el pantano te agarre. No quieres saber como terminará tu ropa con solo una gota en la tela.

Toda la noche hubo fiesta en la sala común, pero los bromistas estaban bailando con su mejor amiga, en el anochecer. Tocaba una melodía alegre y saltarina. Estuvieron así durante horas. Habían dejado al conserje lo suficiente entretenido en los salones del primer piso para que no los molestaran.

(...)

El examen de DCAO estaba sencillo. Ese día el salón había sido ampliado para que todos los estudiantes de quinto año, de cada casa, pudieran hacer el examen. Al mismo tiempo.

Anotaba las formas de contrarrestar un simple hechizo. Ya lo estaba terminando, pero eso ya no importaba. Solo esperaba la señal.

Varios estruendos y explosiones, afuera, hicieron que los alumnos se desconcertaran, incluyendo a Dolores.

La nombrada después de unos incontables murmullos, fue a abrir las puertas y averiguar que era todo el escándalo.

— Ahí viene..

Con las puertas abiertas, todos apreciaron los fuegos artificiales entrar como chispas revoloteantes, zumbando y explotando después en los aires. Hubo un silencio sepulcral. Solo ella contaba en reversa los momentos para que sus amigos aparecieran.

Con todos distraídos por la gran entrada de George y Fred, Regina se apresuró a trepar una de las tribunas, que tenían pequeños sostenedores en la arquitectura. Cuando  llegó a una zona bastante alta, gritó, para que la escucharan sobre las bombitas y explosiones.

— ¡Accio escoba!

El hechizo fue un éxito, Justo a tiempo para recibirla y volar con los otros dos, lanzando con una combinación todos los exámenes a los aires. Nadie esperaba que una linda y tierna Hufflepuff (mas ella con su fama) estuviera aliada con un Weasley.

Voló cabeza abajo, para así chocar los cinco al tiempo, como muestra de que todo salía a la perfección.

El grupo arrogante de Slytherin terminaba aterrado por las bengalas miniatura, hasta que Regina sacó una mucho más grande de su bolsillo. A la par de George, prendió el invento y lo tiró, esperando que se transformara en el gigante dragón chino.

Fueron por detrás de la profesora, cuando esta corría despavorida por una vida que creía que perdería. Todos los cuadros con reglas y estupidas frases obligatorias que colgaba al inicio de el salón, se destrozaron.

Por fin, salieron volando en sus escobas, sin importarles ya más que la libertad que ahora tenían.

Escuchaban aplausos y gritos de felicidad desde el colegio.

— ¡Williams!

— ¡¿Que paso?!  ¡Nos tenemos que ir, andando!

— ¡Pero espérate un minuto primor!

Dio vuelta, para acercarse a el Justo por debajo de el gran show de luces con las letras W por debajo de ellos.

— Tantos años de bromas, tantas risas y castigos que pasamos juntos me hizo darme cuenta que no puedo pasar el resto de mi vida sin ti. No sabemos lo que nos espera, no con lo que está pasando en el mundo mágico ahora. Se que somos muy jóvenes aún, pero..

Los brazos  le temblaron. George sacaba una sortija de su bolsillo, mostrándosela cerca del rostro.

— Regina Albert Williams. Como el mejor bromista que conoces y el más guapo de mi familia - rió a carcajadas, sintiendo como las lagrimas salían- ¿Me darías el honor de convertirte en mi esposa?

— ¡Claro que si!

Se acercaron más, para así poder juntar sus labios.

— ¡Dijo que si!

— ¡Hey, esa era mi línea, Fred!

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Lamento la tardanza y ni desaparición repentina. El colegio no a dejado de mandarme módulos y mis motivaciones ya como que no sirven. Aún así, tuve esta idea desde hace ya rato, solo que no sabía muy bien como reflejarla. Espero les guste :3 ♥︎