capítulo uno.

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"Sí, se siente como una avalancha de emociones..." ríe el joven tomando de su copa. "Pero orgullo más que otra cosa. Soy un pendejo, pero un pendejo lleno de experiencia y conocimiento, no muchos pueden presumir de eso."

"¿Te gustaría cocinar en otro país?"

"Sí y no. Sí, estaría bueno como para adquirir nuevas habilidades y ampliar el paladar, pero Argentina es Argentina, y mi casa es mi casa." ríe nuevamente con una falsa modestia.

"¿Cómo te llevas con tu equipo de cocina?"

"No tengo, la verdad... va rotando el asunto..." responde algo incómodo. "No soy una persona que se adapte muy bien al trabajo en equipo, es complicado para mí, así que suelo trabajar solo."

"¿No pensas que eso puede afectar tu imagen?"

"Hay muchas cosas que no pienso y la verdad es que mal no me va..." contesta con cierto tedio. A Valentín ya se le estaba acabando la poca paciencia que poseía. "No pienso y soy uno de los mejores encargados de cocina del país, no muchos llegan a eso a esta edad."

"Si tuvieras que definirte en la cocina en tres palabras, ¿cuáles serían?"

"Prolijo, exigente y crítico." escupió serio. Estaba convencido de que esas eran las tres palabras. "Cortita y al pie como dirían por ahí."

"¿Cómo te ves de acá a unos años?"

"Con la cocina a mi nombre, completamente. Íntegramente mía y propia." responde determinado. "Si manejo esta capacidad a los veintidós, imaginate en cinco años." suma arrogante.

"¿Con quién te gustaría cocinar?"

"Con nadie..." mueve su cabeza y traga dejando la copa en la mesa. "Solo trabajo bien, solo trabajo mejor."

"¿Estamos ante un chef egoísta?" pregunta con lengua de víbora la periodista.

"No. Solo soy preciso y meticuloso. Muchas manos hacen garabato, y yo solo dibujo." remató con esa soberbia que lo caracterizaba.

"Hay garabatos valuados en millones..." acotó la periodista. "Tal vez tendrías que garabatear."

Valentín frunció el ceño ante ese consejo lleno de ignorancia y cierta prepotencia, o al menos eso distinguía él. Quería dar por finalizada la entrevista, pero pensó que daría una mala imágen y realmente no estaba para discusiones o difamaciones.

"¿Seguimos la entrevista?" cortó la divagación de la profesional, la cual asintió casi que insultandolo por lo bajo ante la falta de diálogo y conexión con él y buscó las otras preguntas en su cuaderno.

"¿A qué se debe tu éxito?"

"No soy convencional. Cualquier persona que se anime a desafiar las leyes impuestas puede triunfar, pero no si lo hace por accidente. La cocina es desafío."

"¿Un ingrediente que te defina?"

"Siempre me dicen la cebolla..." ríe amargo.

"¿Por qué?"

"Porque conmigo todos lloran, pero nunca es lo mismo sin mí." ríe nuevamente como si estuviese rematando el mejor chiste de los últimos tiempos.

"¿Algún pasatiempo además de la cocina?"

"No, no realmente. Vivo cocina, respiro cocina, yo soy cocina."

"¿Algún consejo para alguien que quiera empezar en este arte?"

"No se aceptan indisciplinados, fin."

"Muchas gracias por su tiempo, chef Oliva." Valentín sacudió su cabeza con una sonrisa amplia en gesto de agradecimiento y se levantó de su sillón para irse directamente del estudio.

𝐜𝐨𝐜𝐢𝐧𝐚 - 𝐰𝐨𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora