Episodio 18: Después de la tormenta

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(Historia situada entre la explosión de la pizzería, y la visita de Trish al hospital psiquiátrico)

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"Disculpa papá, rompí mi teléfono"

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Eso fue lo primero que salió de la boca de su hijo apenas cruzó la puerta del hospital. Encontrándolo cubierto de vendajes.

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Sabía que esa era su forma de lidiar con situaciones estresantes y para mantener la mente de los demás ocupadas en otras nimiedades.

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Como si pudiera importarle tanto un aparato, sabiendo que su hijo había sufrido una experiencia cercana a la muerte.

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Los doctores le informaron que su pequeño había sufrido cortadas profundas y superficiales a lo largo de sus brazos, además de un golpe en la cabeza, pero por obra de la suerte o de un ser superior, los vidrios no lograron dañar ningún vaso sanguíneo de importancia, y su cráneo estaba completo, sin signos de meningitis.

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De hecho, salvo por el occiso (al que jura, si la explosión no hubiera sido suficiente para matarlo, él mismo lo hubiera estrangulado con sus propias manos), todos los niños habían salido milagrosamente sanos y salvos, o con heridas menores. Exceptuando por el niño Narancia, que sufrió una fractura en una de sus costillas durante su intento de reanimación.

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Hubiera sido agradable que la situación sólo quedara en un simple accidente, pero al poco rato, un escuadrón de policías invadió el hospital para interrogar a los menores.

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Llegaron con la menor de las consideraciones, apartando a los padres y al personal médico para sacarles toda la información a los pobres adolescentes.

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Y por si no hubiera sido poco, los padres del niño Pannacotta Fugo aparecieron como los bastardos de clase alta que él tanto odiaba desde su niñez, alegando con desagradable altanería tener el privilegio de ver a su hijo sin que les importaran los médicos, la policía o el propio bienestar de su vástago.

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Luego de hablar con su hijo, aquellos oficiales fueron con él para preguntarle sobre su relación con Giorno y cómo vivía antes de que él ganara su custodia, además de cómo se relacionaban padre e hijo con Bruno Buccellati, Leone Abbacchio, Narancia Ghirga y Patricia Una.

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Fue un montón de tiempo casi tirado al caño sin la posibilidad de ver a su pequeño.

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Pero esto no sólo ocurrió con él, pues hasta que los agentes de fueron, pudo encontrarse con el angustiado matrimonio Buccellati-Abbacchio, los desagradables Fugo y con el recién aparecido Hol Horse, todos pidiendo ver a sus niños.

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Después de tanto... caos, y que se los devolvieran, el camino a casa fue silencioso y un tanto incómodo. Dio prefería no asaltar a Giorno con preguntas, pues estaba seguro que una vez llegaran, sus hermanos se encargarían de interrogarlo.

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~OoOoO~

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7 puntadas en los brazos, 1 inyección contra el tétanos, 1 antiinflamatorio y 1 antibiótico.

Las Cotidianas Aventuras de Papá DioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora