capítulo 1.

4 1 0
                                    

Han pasado ya 2 años desde que la guerra civil entre betas de clase media y alfas del alto mando había comenzado, los disturbios destrozaron toda Europa, dejando ciudades de alto renombre cómo Paris, Londres, Barcelona y Roma casi irreconocibles, policías en cada intersección, barricadas con llamas tan altas que sobrepasaban las casas tradicionales de Londres en tamaño, rayados en cada edificio de la ciudad, gritos y pancartas provenientes del centro de la metrópolis, llamando la atención hasta la alejada Stonehenge, dónde un pequeño omega de contextura delgada y risos tan brillantes cómo el agua que corre en los ríos más puros del planeta, vagaba en busca de algún refugio para pasar la fría noche de invierno inglés.

Sus manos se volvían cada vez más carmesí, el vaho que provocaba su respiración era tan denso que se podía ver a distancia. Llevaba una andrajosa bufanda cubriendo parte de su pálido rostro, una chaqueta con un par de agujeros en las mangas y un pantalón desgastado que tapaba parte de sus zapatillas color azul.

En su mente solo estaba encontrar un lugar para descansar, llevaba caminando horas desde que la policía encontró el refugio que sus padres, ambos beta líderes de la marcha central en contra del clasismo por casta, habían instalado cerca de Salisbury, ellos les habían proporcionado unas pastillas para su largo viaje, le indicaron que en la ciudad aledaña se encontraba la hermana de su madre, ella estaba a cargo del refugio número cinco de la zona, la única información de este lugar que tenía era su dirección bemerton.

El pequeño Harry seguía atento a los sonidos proveniente del inicio de su viaje, sirenas, gritos, disparos, todo eso lo volvían loco, cada pequeño ruido a distancia hacía que temblase. Al final de la calle divisó unas tiendas de campaña alzadas junto a un par de fogatas encendidas, se preguntó si ese podría ser el lugar. Apresuró el paso con la poca fuerza que le quedaba, la nieve a sus pies se iba esfumando con cada paso que daba dejando marcas tan pequeñas como él.

Llegó al frente de una pequeña barricada que solo desprendía el hilo de humo que indicaba el tiempo de su creación. Hace bastantes horas, "unas cuatro" pensó. En unos minutos ya estaba en la entrada de ese campamento improvisado, un señor de complexión delgada apareció desde la distancia. -¿Quién eres? Identifícate.

Esas palabras fueron suficiente para que toda la muchedumbre que estaba al lado del fuego se pusiera atenta. –Ha-Harry...- dijo apenas audible –vengo de Stonehenge, mi madre me dijo que buscara a Sara Cox-.

El sujeto relajó los hombros cuando escuchó aquel nombre –Sara se encuentra en aquella tienda- dijo apuntando a esta.

Harry agradeció con un movimiento de cabeza para luego moverse en dirección a donde estaba su tía. Adentro la encontró leyendo un par de artículos que tenía sobre un escritorio improvisado con cajas llenas de quien sabe qué. Se le escuchaba maldecir con la radio que colgaba de un pequeño cable de fondo, el solo atinó a toser levemente para llamarle la atención, lo cual había funcionado. –oh, Harry pensé que nunca llegarías estaba muy preocupada- dijo mientras se levanta de aquella silla plástica de color verdoso. –tu madre me conto hace ya unas horas que venias y solo pensaba que quizá te habías perdido en la ciudad- le abrazó y Harry logró sentir algo de calor luego de su travesía por las calles nevadas.

-ellos...- dijo en voz baja –llegaron patrullas a montón, n-no sé si están bien- una lagrima rogaba por salir mientras su seño se fruncía mostrando toda la preocupación que cargaba al respecto.

-tranquilo, mi pequeño, hablé con tus padres hace un par de minutos, se encuentran escondidos en un apartamento donde unos manifestantes les dejaron entrar- Harry pudo suspirar de alivio luego de un par de horas lleno de nerviosismo y miedo. –pronto podrás reencontrarte con ellos, lo prometo-.

Al día siguiente Harry despertaba con la respiración entrecortada, aquella pesadilla que le invadía su sueño se hacía cada vez más recurrente. Un suspiro se desató luego de que el ruido externo y aquella tela verde que formaba la tienda lo devolvió a la realidad, sintió como la entrada sonaba, dando a entender que alguien estaba por entrar. –e-est...- no alcanzó a formular bien ya que su tía comenzaba a hablar –oh, mi pequeño, ¿dormiste bien? - dijo para luego seguir sin dejar que respondiera –en el comedor hay un chico de tu edad y quería comentártelo por si querías pasarte por ahí y conversar con el- Harry se veía alterado pero su tía lo notó y respondió la duda antes de ser dicha –es beta, acá la mayoría lo son, y el resto omegas, no permitimos que los alfas rebeldes vivan en el mismo lugar que el resto por tema de comodidad, así que puedes salir tranquilo-.

Harry se vistió luego de agradecerle a Sara por la información, dio un suspiro al ver una de sus medias agujereadas, se levantó luego de colocarse aquellas zapatillas azules llenas de barro para ir al comedor en busca de aquel chico, la única entidad joven que reconoció era un chico rubio de ojos claros que se encontraba al fondo del lugar, trató de asegurarse que él era el chico que su tía mencionó. Se acercó temeroso luego de tomar una bandeja con su desayuno humeante. –hey- fue lo único que pudo formular antes de que aquellos ojos brillantes le miraran – y-yo, estem- dio un suspiro para luego decir lo que estaba pensando –soy Harry, un gusto-.

El chico rió levemente al escuchar el nerviosismo de las palabras de él – Niall, ¿eres nuevo acá? – preguntó con una sonrisa calída, Harry sólo asintió levemente para luego decir –vengo desde el campamento 3- la cara del chico rubio palideció. –dios, ¿estás bien? Me enteré de lo que pasó ¿Cómo lograste salir de ahí? Más bien ¿Cómo lograste llegar? Son varios kilómetros de viaje-.

Harry se sentía enrojecer, la verdad el viaje fue duro y difícil, más aún con los disparos de fondo. –l-la verdad yo, me fui por los callejones, mi madre de facilitó unos supresores sino no podría haber llegado sin que me detectaran-.

-me alegro que hayas podido llegar a tiempo, acá Sara nos trata bien y nos proporciona todo lo necesario-.

Niall no paraba de charlar sobre su estadía en el refugio, contó que su familia era gitana proveniente del sur, ellos habían sobrevivido a la primera ola de intervención militar, su padre estaba en estado de desaparecido y su madre era una beta a cargo de la primera línea de defensa. Niall había sido el encargado de organizar las tiendas ya que toda su vida vivió en ellas.

Todo el día se la pasó conversando con su nuevo amigo mientras el resto de las personas organizaban la siguiente revuelta, los alfas acababan de llegar luego de la manifestación en Londres, estaban todos sudados y heridos. El omega interior de Harry se retorcía de por salir corriendo, pero su madre le enseñó que no se podía guiar solo por su instinto, que él era más que eso. Suspiró, y se armó de valor para ir a la tienda de su tía. Ya adentro soltó un suspiro ahogado, Sara lo notó y le sonrió cálidamente. –cariño, ¿está todo bien? –

Harry no podía parar de respirar agitadamente, intentó ordenar sus palabras para poder hablar con ella, luego de unos minutos lo logró –ya tuve mi primer celo, mis feromonas son más fuertes y me da pánico estar rodeado de alfas-.

-oh, mi niño, ven siéntate- dijo guiando al temeroso Harry a la cama estilo militar en una esquina de la tienda. –puedes dormir aquí esta noche, yo seguiré trabajando unas horas y luego me toca preparar todo para mañana, entiendo que estar rodeado de tantos alfas puede ser abrumador para ti cariño-.

Y así concluyó el día del pequeño Harry que lamentablemente no pudo dormir por toda la ansiedad que su omega acumulaba, su diminuto ser solo quería volver con sus padres y quedarse ahí con ellos, en su acogedora casa inglesa de la cual no sabía nada de hace dos años, suspiró, antes de por fin cerrar los ojos.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 09, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Tu y yo hasta el final | Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora