Un millón de dólares, era el valor del premio que la red de científicos más grande del mundo estaba ofreciendo a dos personas que serian elegidas para ser parte de un experimento Social. Este experimento se basaba en colocar a dos personas de person...
Macarena estaba bajo el agua, pero ni eso la distraía.
"¿Cómo Bárbara podía ser tan perfecta? Ese rostro inocente y angelical, esos intensos ojos marrones, como un ángel".
Bárbara se veía maravillosa con ese vestido y Macarena estaba ansiosa por verla sin él.
***
Sin saber que allá arriba Macarena fantaseaba con ella cosas impuras, Bárbara leyó un libro en la biblioteca, o más bien lo intentó, porque su mente estaba demasiado lejos.
"Macarena dio tantas indirectas hoy ... ¿querrá ... las dos ... esta noche? Y éste vestido con esa lencería ... solo podía ser Claudia, de verdad, para empeorar las cosas. Pero es que ¿No? Parece tan ... de repente. Está bien, Macarena tiene prisa ... pero ni siquiera sé cómo lidiar con eso ".
- Si no quieres hacer nada hoy, no lo harás. - se dijo Bárbara.
"Pero ahí está ... ¿quiero o no? Vale, Macarena es preciosa, aunque no necesita saber eso, es maravillosa. Puede ser cariñosa y cuidadosa cuando quiere y besa muy bien, sus manos también tienen mucha experiencia, así que ... porque no? porque ... porque ... "
Bárbara suspiró.
"Cálmate, Bárbara. Puede que Macarena ni siquiera quiera hacer nada hoy, no te preocupes".
Pero Barbara nunca se había equivocado tanto.
***
Bárbara escuchó algunos ruidos en la cocina, debe ser Macarena poniendo la mesa.
- ¿Bárbara? - Llamada Macarena, bajando las escaleras hacia la biblioteca.
- Hmm? Respondió Barbara, levantando la vista del libro.
- Ven a cenar.
- Usaste tu tiempo libre para poner la mesa - dijo Bárbara con pesar.
Macarena se encogió de hombros, sonriendo.
Bárbara dejó caer el libro sobre una mesa pequeña y la siguió, Macarena llevaba un vestido negro ajustado hasta la rodilla, Bárbara no pudo evitar fijarse en su trasero.
Bárbara se detuvo cuando vio la cocina.
La mesa estaba cubierta con un mantel blanco, había pétalos de rosa y un candelabro antiguo en el techo, un jarrón con rosas en la mesa y un caquelon de fondue plateado con el borde decorado con relieves de corazón.
- Tú ... tú ... - Bárbara se quedó sin habla.
Macarena sacó la silla a Bárbara y dejó que Bárbara tomara el pedazo de pan primero, había una extraña sonrisa en sus labios, pero Bárbara decidió ignorarla.
- Dijiste que me ibas a contar sobre tu sueño - dijo Barbara, incómoda con el silencio.
- Ah sí. Estábamos en una playa, con dos niños que se parecían mucho a nosotros.
Bárbara sonrió involuntariamente.
- ¿Ah si?
- Sip. Había un niño, tal vez de cinco años y una niña, que quería ir al mar, pero a ti, por una extraña razón, te preocupaba.
Bárbara se encogió de hombros, sonriendo.
- No me sorprende y ¿qué más?
- Saqué a la pequeña de tu regazo y la metí en el agua, parecía muy feliz.
- Probablemente sea tu hija.
- ¿Ves? Una gran familia feliz, solo falta el perro.
Bárbara puso los ojos en blanco, sonriendo.
- Dijiste que no tendrías hijos - recuerda Macarena. - Cambiaste de opinión, ¿verdad?
- Yo creo que sí.
Macarena sonrió.
Comieron en silencio durante unos minutos.
- Hasta ahí - ordenó Barbara mientras Macarena servía más vino en su copa. - No quiero entrar en un coma alcohólico.
- Es tu tercera copa, nadie entra en coma por eso.
- No importa.
Macarena puso los ojos en blanco.
- No voy a emborracharte para abusar de ti esta noche, Bárbara.
Esta historia NO ES MIA. Todos los derechos reservados, créditos y respeto a su autora @LANAWIIINTERS! que amablemente me dejó traducirla y adaptarla a Barbarena.
No se olviden de darle una oportunidad a las demás historias
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
