Muchas veces no nos damos cuenta de lo que significan para nosotros ciertas personas, ni menos lo que nosotros significamos para algunos. Pasamos creyendo que realmente todo lo que se nos dice en ciertos momentos es lo que realmente hemos de sentir hasta que algo nos demuestre lo contrario.
Últimamente, no sé si llamarlo así porque la verdad para mí no es fortuna, pero, tuve la suerte… ok no me gusta cómo suena… tuve la oportunidad de darme cuenta de ese tipo de cosas, eso del valor que nos dan y le damos a la gente, no es un precio fijo o algo invariable, pero es un valor sentimental o emocional, como quieran verlo, que nos hace dividir a los amigos, de los conocidos, de los buenos amigos y de las personas que no son nada de lo anterior.
Yo pensaba que para la mayoría de mis “amigos de Facebook” era esa clase de weon que le hablas una vez a las mil, la clase de tipo que solo te habla para felicitarte por tu cumple, o cuando la masa mueve gente y atención de otra manera, como un caso desafortunado, o la felicitación por un logro importante, pero me equivoque. De ese grupo de personas de las que menos espere, salto alguien que presto genuino interés, así como también, he podido ver como gente a la que pensé que estaba en mi grupo de buenos amigos, no presento ni la más mínima intención de demostrar preocupación alguna, y así, las piezas del tablero cambian constantemente, vez como gente que pensaste que eran las más apegadas a ti, no están ni ahí, y como otras, que no pensarías que tendrían interés alguno en tu vida, están ahí, apoyándote, hablándote, dándote una mano o simplemente conversando.
Actualmente, debo agradecer, que a pesar de que ese grupo de personas a las cuales considero más cercanas es pequeño, solo una de esas almas ha prestado interés en mí, y es quizás a sorpresa de muchos, que sea alguien que solo conozco por fotos, mientras que gente que tiene disponibilidad para hablarme y verme más seguido desaparece en el transcurso de las semanas, gente que incluso lleva más tiempo en mi vida o que ocupa u ocupaba un lugar importante, se alejan lo suficiente como para entender una falta de interés. He visto esto en este último tiempo.
Aprendí a ver más allá de ese grupo de amigos importantes que tenía, y me he llevado gratas sorpresas al adentrarme al explorar un poco más allá de esa zona a la cual llamamos “circulo de amistades” permitiéndome dar un vistazo, a gente que a pesar de no ser la más influyente en tu vida, suelen ser más sinceros y más fieles a lo que sienten, que muchos otros.
Muchos se llenan la boca a la hora de los problemas, diciendo “esa persona es muy importante para mi… esa persona es esto u esto otro”, pero realmente veo como la misma gente que lleno de palabras su boca, es la misma que aun teniendo tiempo y disponibilidad, no está en esos momentos.
Soy sincero, más de alguna vez he pedido disculpas por hablar poco a mis amigos, y la verdad es que ya no hablo mucho con nadie, es más bien un intercambio de palabras de cortesía, y solo una entre muchas conversaciones la hago por el agrado real de conversar, y es algo que siempre he admitido.
Aprendí a valorar cada pequeño detalle, intención u gesto, por eso, me gustaría que el resto también pudiera aprender lo mismo, y valorar realmente a aquellos que llaman amigos, como a considerar a aquellos que te llaman amigo y no están, porque a veces, solo hablar 1 hora con una persona, un amigo o amiga, puede alegrarte el día y quizás a ella o el también.Eso hay que aprender a valorarlo, y no cegarse y ser un amigo de boca que solo te habla cuando se te da la gana.