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―Vale, mi turno―Matt le da un trago a su cerveza antes de tomar la palabra―. ¿Quién es el más propenso a quedarse atrás en caso de que un zombie come-cerebro nos esté persiguiendo a todos?

Se hace una pausa y luego Niall abre su estúpida gran bocota.

―No quiero ser ese sujeto, pero voy a decirlo de todos modos― se muerde el labio evitando reír y la señala―. Kathy, Kathy es la más propensa.

Si pudiera matar con la vista, este hombre estaría muerto.

Louis tose un poco y también lo mira mal:

―Ya sabes, es muy pronto para bromear con eso.

Pero Kat sí bromea.

―Sólo quiero decir que si la calle en la que somos perseguidos es cuesta abajo, ustedes están acabados.

La chica pasa las manos por las ruedas de su silla y todos reímos porque ella lo hace.

―Como sea, es momento de retirarme―Louis anuncia y se pone de pie―. Mañana tengo clases a las siete de la mañana y Dios sabe que necesito mis ocho horas de sueño.

―Sí, yo también debería irme―mi rubio amigo se levanta y se truena la espalda. Juro que este sujeto es de lo más raro―. Si no empiezo a pasarme más seguido por mi residencia van a creer que estoy muerto.

―De hecho, mamá nos quiere en casa para la cena―me dice Matt, pero sigue recostado de la cama―. Así que, ya sabes, deberíamos estar ahí a tiempo.

Los chicos caminan hasta la cesta junto a la puerta y cogen sus zapatos. El cuarto de las chicas se ve significativamente más pequeño con todos juntos adentro, pero nos las arreglamos para pasar acá la tarde.

Pero nadie más que yo podía sentarse en la cama de Kat. Simplemente lo tenían prohibido.

Antes de que se vayan quedo con Niall para estudiar mañana en la noche, aunque seguramente alguno de los dos cancele si se le presenta algo mejor que hacer.

Cuando se van, Becca se inclina para recoger el desorden de cartas y fichas que dejamos por todas partes hace unas horas cuando jugamos póker.

Nunca juguéis con un genio. Kat se llevó todo nuestro maldito dinero.

Ella hace ademán de ayudar a su amiga, pero esta solo levanta la mano y le asegura que lo tiene. Kat vuelve a llevar sus manos a su regazo y juega con sus dedos.

Le cojo una mano y me la llevo a los labios.

―Hola.

Ella se ríe―: Hola.

No dejo ir su mano y jugueteo con ella, haciéndola reír un poco más. Como me suele pasar cuando estamos juntos con otras personas, toda la tarde he tenido ganas de cargarla sobre mi hombro y llevármela a algún lugar donde podamos estar solo los dos.

―¿Estás seguro de que no quieres pasar la noche?

―Le prometí a Martha que iría a cenar―ahora es ella quien se lleva nuestras manos entrelazadas a los labios y besa mis nudillos.

―Y no me traje el coche, así que Harry tiene que llevarme de todas formas―agrega Matt desde la cama de Becca.

―Puedes venir―sugiero. Ella me sonríe tranquila y sé que va a negarse antes de que su amiga la interrumpa.

―Oh, no. Necesito a Kathy conmigo, hoy tenemos nuestro tiempo de chicas―Becca termina de arreglar el desorden y va a sentarse en su cama. Le golpea los pies a Matt hasta que este los baja―. Así que, de hecho, ya pueden llevarse toda su testosterona y dejarnos por lo que queda de noche.

Compass, Vol. 2 [HS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora