"Se llevó el sol solo me dejo las nubes,
Ya nunca deja de llover por estas latitudes.
Desde entonces la felicidad a plazos,
Abrazos rotos y fotos en pedazos."01/ Diciembre/ 1995
Las calles de la gran ciudad vestían de blanco en estas fechas, la mayoría de los locales adornados con guías, grandes coronas, series navideñas blancas o de colores, árboles navideños, botas, muñecos inflables de duendes, de santa, etc. Gente con sombreros o disfraces navideños atendiendo y aunque para los clientes era bastante adorable, para la mayoría de los trabajadores no lo era y Gustabo con sus escasos 10 años era la prueba de ello. Vistiendo con un traje de duende verde, un sombrero que incluía unas falsas orejas punteagudas, unas calcetas largas rojas con blanco, unos zapatos verdes en punta que tenían un escandaloso cascabel. Odiaba tener que trabajar así, se sentía ridículo, pero debía admitir que vendía más. Por otro lado Horacio que vestía de igual manera, disfrutaba más de esto, ir disfrazado era de sus actividades favoritas y mejor si era de alguien que ayudaba a santa.
Ambos niños laboraban en la ciudad, Horacio ayudaba a John a atender la pizzería, este último le daba parte de su sueldo al niño dependiendo el tiempo que le ayudara, Gustabo por otro lado, trabajaba afuera vendiendo paletas de chocolate en forma de Santa Claus, reno, árbol navideño y muñeco de nieve, paletas que hacían los niños con ayuda de John. A Gustabo le tocaba ir por las calles a la redonda vendiendo las paletas, con su gran pico de oro lograba vender casi todas las paletas, siempre guardaba una que repartían entre John, Horacio y él. Aunque lograban sacar un buen dinero haciendo estas dos cosas no era suficiente para el padre de Horacio, que después de que Gustabo se mudase con ellos les había condicionado a trabajar.
Gustabo le tenía un gran odio al señor Pérez "¿Como se atreve a exigirnos? Si el muy gillipollas con trabajo se levanta a bañarse" pensaba Gustabo cada que le daba parte del dinero que ganaban, claramente no todo, el castaño se encargaba de guardar un porcentaje no muy grande de dinero, dinero que gastaba con Horacio en algún juguete que este quisiera, en dulces o comida. Pero qué se le hacía, la casa era de el señor, y Gustabo había aceptado vivir con ellos, la mamá de Horacio le había convencido, sí ella era bastante amable y linda con Gustabo, le trataba como otro hijo, aparte a ella le hacía un gran favor al estar con Horacio, era su amigo, su compañero, su cuidador.Ultimamente Gustabo había notado que la señora Pérez trabajaba más de la cuenta, ella solía tener un horario de 7:30 PM a 3 AM, lo sabía porque a las 7 PM les dejaba con John para trabajar y después ella se iba a su trabajo, y en las mañanas le escuchaba llegar a las 4 AM aproximadamente. Sin embargo en las semanas pasadas ella llegaba a las 9 AM o 10 AM, pero sus ingresos no habían aumentado, o quizá solo no quería dar más a su esposo borracho, cosa que era bastante jodida ¿Porqué ellos tenían que dar y a ella se le permitía guardarlo?
—Le doy una en un dólar con cincuenta centavos o......dos por dos dólares ¿Qué dice? — cuestiona con una sonrisa tierna.
—Pero dos ¿Para qué quiero yo tanto azúcar? — cuestiona la señora de unos 50 años.
— Porque mis paletas no son de chocolate cualquiera.
— ¿Ah no? — a la señora le divertía y le causaba mucha ternura el castaño que actuaba con tal madurez.
— Por supuesto que no, yo cuido de mis clientes, mire mis paletas le traen muchos beneficios como el aumento de las funciones cognitivas, a que no se esperaba eso eh... y también es un buen aliado para mejorar la textura, la densidad, el grosor de la piel y prevenir la aparición temprana de arrugas, cosa que usted no tiene.
— ¿Enserio? —cuestiona con humor palpable— Entonces dame cuatro, que quiero ser una jovenaza. —le guiña el ojo.
—Si jovenaza ya es, pero mis paletas la harán ver aun más joven, seguramente atraerá a más señores.
ESTÁS LEYENDO
✧ ɪɴ ᴍʏ ʜᴇᴀᴅ ✧
Fanfiction¿Qué hizo a aquellos chicos salir de su ciudad natal? ¿Qué los hizo tener que huir una segunda vez? ¿Cómo saldrían vivos de los demonios de aquel rubio? ¿Puede un chico de cresta salvarle con amor, cariño? Gustabo siempre tan frío, fuerte, sabe jug...