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Miraba a la joven chica sentada en el sillón de piel, no entendía porque había venido tan de repente; pero se sentía tranquilo de volverla a ver.

—Lamento no a ver acudido a mis t-terapias Sasuke-san —se disculpó la pelinegra mientras mantenía su cabeza baja.

—No pasa nada Hinata, pero me preocupe mucho por ti —lo que decía era verdad, estaba preocupado por ella, después de lo ocurrido no lograba sacar de su mente a la Hyūga.

Guardaba los papeles en un folder con tranquilidad, firmaba algunos y engrapaba las hojas. Al terminar iba a entregárselos a Karin pero alguien entró sin su permiso.

—¡Hola mi amor! —saludaba la fémina con felicidad de a ver llegado a tiempo.

—¿Qué haces aquí? Voy de salida porque no me esperaste en casa.

—Porque se me ocurrió una buena idea Sasuke-kun, llévame a comer —soltó con emoción mientras caminaba hacia él—. Además ya tengo algunas opciones para las invitaciones de nuestra boda.

—No tengo tiempo Sakura, mi paciente está por llegar —informó el azabache con serenidad logrando que la pelirosa se interpusiera en su camino.

—Solo dales un vistazo ¿Si?

—Hmp —agarrando las invitaciones las observó sin mostrar interés—. Escoge la que más te guste...

—Esta bien Sasuke-kun te amo —tomándolo de la camisa lo acercó a ella logrando besar los labios del Uchiha.

La puerta se abrió dejando ver el rostro entristecido de una joven de ojos perla.

¿Sasuke-san, se encuentra bien? —llamó la morena asustada por tan repentino silencio de parte del Uchiha.

—¡Ah! Lo lamento Hinata, es solo que me quede pensando...

—¿Y se puede saber en qué? Digo si no le molesta —lo miró dudar si decirle o no pero vio sus labios moverse.

—Recorde cuando... ¿Por qué te fuiste? —sorpresa vio en sus ojos, y desviarlos con ¿Vergüenza?—. ¿Por qué desde ese día no regresaste?

—D-disculpe que lo haya interrumpido con su n-novia, decidí no v-volver por v-vergüenza.

—¿Solo por eso dejaste de asistir? Te voy a decir algo —captando su atención sonrió—. Fue muy estúpido de tu parte no volver por eso.

Definitivamente adoraba verlo sonreír, sus ojos, cabello, piel... Sería prudente decirle todo lo que le hacía sentir, era arriesgado pero tenía que hacerlo.

—S-Sasuke-san yo... —se puso de pie confundiendo al azabache, imitando su acción; la vio caminar hacia la puerta y se giró para mirarla.

—¿Qué es lo que ocurre Hinata?

—Esto está mal pero es lo mejor. Ya no quiero que usted me siga tratando, hablé con Karin-san y quiero que ella sea mi psicóloga.

—¿Pero por qué? Acaso hice algo mal o... —siendo interrumpido por la joven de ojos perlas. Su entrecejo se amplio sorprendido.

El sonido de la puerta cerrarse lo saco de tal asombro, iba a detenerla pero ella tenía razón no era correcto.

•••

—¡Hinata! —gritó su hermana con gran fuerza logrando despertarla del sueño.

—¿Qué ocurre Hanabi? —tallandosé los ojos para despejar el sueño, dirigió sus perlas a su hermana—. Quieres bajarte de mi, estás pesadita.

SánandoteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora