Boruto - Lazos destrozados ✔️

19 - La familia Namikaze

Descargo de responsabilidad: No soy dueño de Naruto

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Capitulo 19

En la aldea oculta bajo la lluvia...

Kushina estaba en lo alto de uno de los muchos rascacielos que cubrían el horizonte de Amegakure. Estaba mirando hacia abajo desde uno de los bordes de la azotea y vio lo que sólo podía describirse como hormigas caminando por el suelo muy por debajo, aunque eran personas de verdad. A pesar de lo espectacular del espectáculo, la mente de Kushina estaba en otra parte. La preocupación era evidente en su rostro mientras esperaba la llegada de cierta persona. Su deseo se cumplió cuando alguien entró por la puerta de la azotea, pero no era la persona que ella esperaba.

"¡KUSHINA-SAMA!" Gritó a pleno pulmón el joven que acababa de llegar, ahora jadeante. "¡HA VUELTO! POR FAVOR, ¡TIENES QUE VENIR CONMIGO AL HOSPITAL AHORA MISMO!"

La expresión del rostro de Kushina cambió al instante al hacerse una idea clara de por dónde iban las cosas. Sin decir una palabra, corrió tras el mensajero mientras ambos bajaban del edificio y se dirigían al hospital central de Amegakure. No tardó mucho en llegar a la Unidad de Cuidados Intensivos y el joven la hizo pasar, sin poder acompañarla más a aquella parte restringida del hospital. Kushina corrió por el pasillo, pasando una habitación tras otra, hasta que llegó a la ventana de cristal del quirófano y miró asustada a través de ella. Tal como había esperado, pero no deseado con todas sus fuerzas, sus horrores se hicieron realidad.

Allí estaba, Minato Namikaze, dentro de la sala de operaciones rodeado de una plétora de médicos y cirujanos que atendían las innumerables heridas que había sufrido durante su batalla con Hinata. La vista era horrible, ya que la cama estaba empapada de su sangre, pero lo peor eran sus ojos, que sufrían tanto dolor que Minato gritaba de agonía.

"¡MINATO!" Kushina no aguantó más e irrumpió por la puerta preocupada por su marido.

Al instante, una de las doctoras, Karin Uzumaki, agarró a Kushina y la sacó fuera a la fuerza. "Por favor Kushina-san, entiendo que estés preocupada por él pero debes dejarnos esto a nosotros por ahora. Nosotros cuidaremos de él".

"¡Pero Minato!"

"Él estará bien. Confíen en mí. Por ahora, por favor, espera fuera hasta que nos hayamos ocupado de sus heridas". Karin consoló a Kushina y la sentó fuera en un banco antes de volver rápidamente para continuar con el tratamiento.

Pasaron horas, horas que a Kushina le parecieron una eternidad, sentada fuera del quirófano con lágrimas en los ojos. Después de todo, había sido idea suya, obra suya, y ahora Minato estaba pagando las consecuencias. Se sentía enferma por dentro. Estaba perdida. Quizás sus planes estaban equivocados desde el principio, se preguntó. Con esos pensamientos en mente, Kushina no podía hacer otra cosa que esperar.

Finalmente, los médicos empezaron a salir de la habitación y Minato fue trasladado de la Unidad de Cuidados Intensivos a la habitación de un paciente del hospital. Sin embargo, antes de que Kushina pudiera visitar a su marido, Karin la apartó para hablar personalmente con ella.

"Kushina-san, tenemos que hablar". Le dijo en un tono muy urgente.

"¿Qué ocurre, Karin?" Cuestionó Kushina con la voz algo quebrada, ya que no le gustaba la expresión seria en el rostro de su compañera Uzumaki.