Alex me deja en la entrada del intituto, igual que siempre que él me acompaña, pero suele despedirme con una cálida sonrisa y ahora ni siquiera me mira a los ojos. Mira al frente, mirando a la nada. Ya no tiene la misma expresión relajada de siemrpe, si no que tiene el ceño fruncido, provocando unas suaves arrugas entre sus cejas y aún así está guapo. Es guapo. Demasiado guapo para que esté conmigo.
—Te recogeré aquí a las dos en punto.
—Alex, escucha…
—Entra, Phoebe. La campana sonará en cinco minutos.
—De acuerdo, te veo luego.
Me acerco para darle un beso en la mejilla, como siempre, pero me rechaza, ¿cómo no iba a hacerlo? Yo no soy nada suyo, no me tiene ningún tipo de afecto. Solo está conmigo porque mi padre le paga para ello, y solo intenta ser amable, nada más.
Me bajo del coche y voy hacia el sitio donde espero a mi prima Ava. Como está tanto tiempo para arreglarse llega dos o tres minutos antes de entrar a clase.
Mientras voy hacia el banco del fondo del instituto noto todas las miradas fijas en mí. Nunca destaco, es lo que intento. Pero al hoy vestirme así llamo mucho la atención, ya que suelo vestirme con vaqueros largos y camisetas sin escote. Debo verme ridícula, solo me he vestido así porque pensé que a Alex le parecería por los menos un poco atractiva, pero ha sido una completa y enorme incoherencia.
Me siento y saco uno de mis libros, en este caso es "Las ventajas de ser invesible" de Stephen Chbosky. Aunque en realidad solo pienso en él, en cómo he podido ser tan idiota de pensar que se interesaría por una estupida niña como yo.
—Hola Grey—dice Lukas
Es el chico más popular del intituto. Tiene el pelo oscuro y los ojos de un extraño color negro, demasiado oscuro, media cabeza más alto que yo y bastante fuerte. Y lo único que pasa por mi cabeza es el por qué habla conmigo.
—Ho-hola—digo, yo nunca hablo, la que habla es Ava que es muy segura de sí misma, pero ahora no está aquí.
—¿A qué viene esta ropa?—dice enarcando una ceja, mirándome de arriba a abajo.
—Yo... Bueno... Pues...—digo intentando decir algo pero no me sale nada.
—¿Te ha comido la lengua el gato? Te queda muy bien esta ropa—dice acariciando mi rodilla, por lo que me aparto hacia un lado metiendo mi libro en la mochila—. No te apartes, los dos sabemos que te has vestido así para mí.
—No es verdad.
—No didimules, Phoebe—dice cogiendome del codo y la barbilla fuertemente, por lo que aunque trato de forcejear no puedo moverme.
—¡Deja a mi prima!—grita Ava tirando de su pelo y echandolo hacia atrás, así que puedo soltarme fácilmente—Como te vuelva a ver cerca de ella te mato.
Nos alejamos y vamos al lado de nuestra primera clase.
—Bueno, ¿ha funcionado lo de Alex?
—No.
—¿Y eso? Pero si estás espectacular.
—Se apartó de mí como si fuera veneno.
—Oh, Phoebe, lo siento. De veradad pensé que…
—Da igual—digo con una sorisa.
Suena el timbre y entro en clase, al fondo intentando esconderme lo máximo posible pero no sirve de nada.
Lukas está a punto de sentarse a mi lado pero Ava es más rápida. Él tiene que sentarse en la columna de mesas de la izquierda, dos filas por delante de la nuestra.
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Phoebe Grey
RomantizmTodos creen que mi vida es genial solo porque mi padre es Christian Grey, y lo es, pero no cuando… ya sabes… estás enamorada.