Único

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Dentro de un gran pueblo lleno de paz y armonía, había una gran competencia de videojuegos ilegales más populares. Se trataba de GodGame, donde los participantes de grandes ligas daban un buen espectáculo lleno de apuestas maliciosas y conflictos entre fans y los mismos jugadores. Todos llenos de esa rabia por ser el portador del título más prestigioso entre los jóvenes, pero no sólo era eso, el ardor que provocaba ser llamado de esa manera, todos te tenían respeto y una admiración por ser el más increíble y habilidoso jugador entre todos.

El título de KingGamer lo poseía sólo Min Yoongi. El hombre con furia total cada que toma un control en sus manos. Nadie era capaz de hacerle caer de su trono. Un tigre feroz que estaba dispuesto a defender todo lo que tenía.

No fue nada fácil tenerlo. Fueron años de práctica incansables, llenos de vela por mejorar las habilidades para superar a cada uno de esos inútiles que sólo se burlaban de los demás.

Era Min Yoongi, el rey ilegal.

—¡KingGamer, KingGamer , KingGamer! — gritaban su apodo cuando estaba a punto de salir a la batalla.

Es difícil imaginar que una competencia de videojuegos fuera tan emocionante. Eso era porque no es un videojuego común.

Un edificio abandonado tenía un campo tan amplio para una digna pelea virtual. No era mentira que sólo ganaban los más habilidosos, pues las reglas del propio juego eran estrictas y claras.

Yoongi se colocó sus gafas y los dos manubrios en las manos. Totalmente confiado y lleno de su propio ego generado por el tiempo.

El otro jugador, muy nervioso, estaba por enfrentarse al poder de Min.
Los espectadores gritaban el nombre del rey, alimentando el ego que cargaba. Era un completo escándalo. Niños, adolescentes y adultos llenaban el gran campo de gritos ferrosos y ansiosos por ver aquello.

La pelea empezó con un escenario hecho de hologramas de distintos colores, los jugadores invocaron espadas hechas de luz con los mandos a la mano, dando la vista buena a los espectadores por la hermosa y magnífica espada que tenía Min.
Sin que sus cuerpos entren al campo de hologramas de colores, los avatares corrieron para dar el primer golpe, la cual lo dio la espada de Yoongi, el avatar contrario se escabulló de las garras y apareció justo detrás de Yoongi, abatió su espada logrando rasgar solo el suelo y sacar chispas ficticias. Yoongi logró esquivarlo y se preparó para atacar de enfrente al avatar, no tenía miedo de una derrota, sus tácticas eran simples, claras y secretas. Tomó el hombro antes de que se apartara y logró jalar con fuerza para derribar al oponente.

Los espectadores estaban fascinados de ver una pelea así, el rey ilegal siempre tenía a sus oponentes en el suelo para dar un combo de diversos ataques que siempre resultaban sorpresivos, transportarse de un ángulo a otro mientras el avatar del suelo se protegía con ese escudo invisible creado por su jugador. Eso no fue suficiente para Yoongi, logró romperlo y, sin darle tiempo de levantarse y actuar, Yoongi aceleró los ataques hasta que el inferior quedara agotado de la poca vida que le quedaba. Yoongi disfrutaba la desesperación de sus oponentes al ver que sólo un golpe faltaba.
Eso era divertido. Para Yoongi no hay mejor momento que verlos intentar de todo para cambiar el destino.

—¡Vamos, rey, solo un golpe más! — gritaban sus fans. Eran diversas animaciones del parte del público que siempre ignoró, solo él estaba. Solo Min Yoongi contra cualquiera.

El jugador gritó al ver que nada resultaba, para finalmente lanzarse directo hacia él para intentar hacer lo mismo que Min, pero fue una fatal idea, la espada del rey ilegal atravesó al avatar desde atrás. Nadie pudo ver como apareció de la nada detrás del otro, fue un abrir y cerrar de ojos.

El Jugador Incógnito - YoonseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora